La enfermera Aruna Shanbaug, que quedó en estado vegetativo hace 42 años tras ser violada y luego estrangulada, murió hoy en Bombay de neumonía, a pesar de que su caso abrió en 2011 las puertas a la eutanasia pasiva en la India.
Shanbaug había permanecido internada durante las últimas cuatro décadas en el hospital King Edward Memorial (KEM) de Bombay, el mismo centro en el que sufrió el ataque que la dejó en coma y donde esta mañana se confirmó su muerte por "un ataque de neumonía", según recogen los medios locales.
En noviembre de 1973, Shanbaug, en aquel entonces de 25 años, fue ultrajada y después estrangulada con una correa para perros por un empleado de limpieza en el hospital KEM de Bombay debido a un conflicto de autoridad que tuvieron.
El agresor no fue condenado por violación -hecho que no fue denunciado a la Policía- sino cumplió una sentencia de siete años de cárcel por intento de asesinato y robo.
El caso de Shanbaug adquirió repercusión mediática en toda la India en 2011, cuando tras 29 años de lucha incondicional de la activista y escritora Pinki Virani por poner fin al sufrimiento de la enfermera, el Tribunal Supremo del país asiático aceptó la eutanasia pasiva.
Sin embargo, el máximo organismo judicial indio no permitió que su decisión se aplicara a Shanbaug como había solicitado judicialmente Virani, al considerar que la activista carecía de parentesco o cercanía suficiente con la paciente para poder decidir la retirada de los tratamientos que la mantenían con vida.
La eutanasia pasiva se limita a retirar los sistemas mecánicos o la medicación y alimentación necesarios para mantener con vida al paciente terminal, en comparación con la activa, que consiste en la aplicación de remedios letales para acabar con la vida del enfermo.
Con información de EFE
Foto de cabecera: telegraphindia.com y storypick.com