Apple estaría moviendo hilos para convencer a las principales compañías discográficas de que no renueven su contrato con Spotify si este no acepta eliminar su servicio gratuito financiado con publicidad, dice el portal The Verge. De tener éxito, sería un duro golpe contra la empresa sueca, que cuenta con 60 millones de usuarios registrados, pero solo 15 millones son de pago.
En junio se espera que Apple presente su esperado nuevo servicio de música en streaming, Apple Music, una plataforma que hereda parte de la propuesta de Beats, empresa por la que pagó el año pasado US$3,000 millones. La compañía está obligada a competir en este terreno ante el descenso de las descargas de música, donde Apple domina con iTunes.
El año pasado, los ingresos de la música en streaming crecieron un 39% en el mundo, mientras que las descargas cayeron un 8%, según datos de la patronal discográfica Ipfi.
Sin embargo, a Tim Cook le hace ruido el modelo freemium que han adoptado empresas como Spotify. La compañía sueca (y competidores como Deezer o Rdio) mantienen un servicio gratuito a cambio de publicidad y otro de pago libre de anuncios y con funcionalidades extra. En el caso de Spotify, un 25% de sus 60 millones de usuarios son suscriptores de pago; en el de Deezer, lo son un 31% de sus 16 millones de usuarios.
Pero Apple no quiere ligar el streaming al concepto de gratuidad. Según The Verge, la compañía está presionando a los grandes sellos discográficos para que obliguen a empresas como Spotify a cerrar su servicio gratuito. El Departamento de Justicia estadounidense, la FTC (Comisión Federal de Comercio) y la Unión Europea están investigando estas prácticas.
Spotify, que acaba de cerrar una ronda en la que se ha valorado en US$8,000 millones, tiene que renovar este año acuerdos con grandes sellos como Universal Music, que ya han comunicado a la compañía sueca su disconformidad con el modelo freemium.
Si las empresas de streaming se vieran obligadas a cerrar sus servicios gratuitos, Apple lo tendría más fácil a la hora de ganar suscriptores.
Sin embargo, el cierre de estos servicios, dicen los expertos, no implicaría necesariamente un trasvase de millones de usuarios a servicios de pago, dado el alto número de consumidores jóvenes acostumbrados a escuchar música gratis.