Muy extraño, pero interesante, el estreno en Lima de ‘Persecución virtual’ (‘Open Windows’), coproducción española-estadounidense dirigida por Nacho Vigalondo y protagonizada por Elijah Wood y la otrora estrella porno Sasha Grey

Extraña, en primer lugar, porque solo ha llegado a un cine del país: la impredecible sala de ‘Cine Arte’ de UVK Larcomar. No deja de ser una divertida paradoja que estrenen en este espacio –que ha albergado festivales de vanguardia y retrospectivas de grandes clásicos– una película con quien fuera reina del fellatio y el gang bang.

Pero es extraña también porque estamos ante una cinta muy irregular, de propuesta arriesgada y a la vez fallida, de fórmulas para el olvido pero con raptos originales y desconcertantes. La premisa es atractiva: una película que se desarrolla íntegramente en la pantalla de una laptop, con un encuadre que agrupa varios otros encuadres mediante ventanas que se abren, cierran, expanden y minimizan. La soberanía de los clics.

Y, además, porque aprovecha esas herramientas digitales para escudriñar un problema mayor: el de la tiranía de la imagen, la cámara ubicua, el gran hermano omnipresente. Aquí no hay solo un juego de perspectivas y puntos de vista, sino una grabación fragmentada que nos alerta sobre la fugacidad de las webcam y los celulares, sobre las cámaras de seguridad que nos siguen todos los pasos, sobre el riesgo de que en segundos se vuelva público lo privado, como le acaba de ocurrir a una conocida peruana. En suma, una clarinada acerca de cómo el video se traga nuestra privacidad.

Hasta allí, todo bien. Pero, lamentablemente, a la película de Vigalondo no le bastan las buenas ideas y su ejecución es, a ratos, desastrosa. ¿Cómo es que ese juego de enredos e intrigas puede funcionar con tanta perfección? ¿Ni una cámara falla, ninguna ventana se cuelga? ¿En ningún momento se agota una batería o se pierde una señal? La precisión con la que marcha ese aparato de relojería digital resulta, por decir lo menos, inverosímil.

Además, ¿qué tienen que ver unos hackers franceses en medio de la trama? ¿Y realmente es este el “destape” de Sasha Grey como actriz seria, como lo ha querido vender cierta prensa? Su actuación, en realidad, resulta bastante pobre. Mucho mejor luce, por ejemplo, en ‘The Girlfriend Experience’ de Steven Soderbergh, con un registro más bajo, enigmático y silencioso. Y no nos remontamos más atrás en su filmografía para evitar detalles susceptibles.

Hacia el final, ‘Persecución virtual’ da un giro más audaz, cuando su discurso se engarza mejor con la propuesta visual y juega con realidades paralelas, con figuras en descomposición, con píxeles y distorsiones. “Me gustaría desaparecer”, dice Jill Goddard, el personaje de Grey. Y es esa reflexión –apenas un asomo entre toda la parafernalia imperfecta de la película– la que debió funcionar como hilo conductor en esta historia cuyo mejor atributo es el cuestionamiento del valor de las imágenes en el mundo de hoy.