Al peruano promedio no le importa contaminar: botamos la basura donde sea, no reciclamos en casa como en Europa y si el carro bota un humo extraño, pues mala suerte. Es triste aceptarlo pero en el Perú no hay cultura de protección del medio ambiente.
Por eso, iniciativas como esta sirven para tomar consciencia de manera muy práctica lo que le cuesta al mundo y a la naturaleza nuestro uso diario de energía.
La basura que no reciclamos y dejar la computadora enchufada sin ser necesario son comportamientos simples que hay que cambiar para comprometernos más y mejor con el futuro del mundo, más allá de que como individuos contaminemos menos que una minera, por ejemplo, y del soso argumento de "botando un chicle al tacho no se cambia el mundo".
la huella de carbono permite calcular emisiones de gases efecto invernadero de individuos y productos.
La huella de carbono, entonces, es importante para saber cuánta energía negativa le producimos al mundo con los gases de efecto invernadero que emite un individuo, producto o empresa.
La consultora Libélula ha puesto a disposición un práctica aplicación para calcular con precisión nuestra huella de carbono y saber cómo nuestras acciones también participan en el calentamiento global y cómo la contaminación está en todos los aspectos de nuestra vida diaria.
Foto de portada: Clarín
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