La serie de revueltas y conflictos que surgieron en el Medio Oriente en 2011 -conocidos ahora como Primavera Árabe- atrajeron a fotógrafos y periodistas de todo el mundo. Muchos de los fotógrafos eran hombres occidentales, pero algunos no. Algunos eran hombres locales. Otros eran activistas fotografiando con sus teléfonos. Algunas eran mujeres.
Ese año, se formón Rawiya, un colectivo de fotógrafas de Medio Oriente. Las primeras integrantes de Rawiya venían de Jordania, Irak, Irán y Kuwait, y vivían en toda la región. Aunque ha habido cambios en la formación del colectivo, todas las integrantes han seguido ofreciendo perspectivas frescas, con proyectos y temáticas novedosas.
Rachel Segal Hamilton, de la edición británica de la revista Vice, entrevistó a Laura Boushnak y Myriam Abdelaziz, miembros de Rawiya, sobre sus temas, los problemas a los que se enfrentan y las razones para formar un colectivo.
Estas son algunas de sus respuestas y algunas de las fotos del grupo:
Myriam Abdelaziz: Conocía a Rawiya y secretamente deseaba formar parte del grupo algún día. Estaba fotografiando la revolución egipcia y el colectivo me contactó, porque pensaron que sería una gran adición. Me uní de inmediato. Los fotógrafos del Medio Oriente que viven en la región no tienen una buena visibilidad -especialmente las mujeres-. Si unimos fuerzas podemos enviar un mensaje más fuerte. En vez de una persona, tienes a cinco con la misma perspectiva.
Laura Boushnak: Nuestro trabajo se concentra en proyectos de profundidad que exploran los problemas sociales y políticos. A veces, pero no solamente, los problemas de las mujeres. Cubrimos la región desde dentro, somos el ojo local.
Myriam: Las mujeres árabes muchas veces son retratadas como sumisas, con velo y en algún tipo de peligro. Aunque a veces ese es el caso, no es una situación general. Muchas mujeres árabes son extremadamente poderosas dentro de sus hogares y más allá. No todas las mujeres musulmanas usan el velo o son dominadas por una figura femenina.
Laura: Hace unos años estuve en Dubái, en una exposición colectiva de Rawiya, y estaba mostrando una serie de mujeres en Yemen que usaban el niqab completo. Se me acercó un periodista que dijo: "así que estas son mujeres analfabetas...". Ni siquiera se molestó en leer la leyenda: estas mujeres eran las primeras de sus familias en ir a la universidad. Una de ellas estaba haciendo una maestría. Pero él inmediatamente emitió un juicio. Esta escena reveló mucho sobre cómo las personas leen las imágenes.
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