Empresas petroleras de todo el mundo se preparan para ingresar y regresar al mercado de hidrocarburos iraní, a pesar de que todavía no se conoce si finalmente habrá un acuerdo sobre el plan nuclear del país asiático que destrabe las sanciones que lastran su economía, basada en el petróleo. Y es que la posibilidad de entrar en un país que posee el 10% de las reservas probadas de petróleo del planeta y casi un 20% de las reservas de gas natural es demasiado atractiva.

La italiana ENI ha sido la última de una cada vez más larga lista de petroleras de primer nivel que han expresado su interés por regresar a este mercado, abandonado por casi todas ellas, tras la entrada en vigor en 2010 de las draconianas sanciones impulsadas por EEUU y la Unión Europea y refrendadas por las Naciones Unidas.

Total, de capital francés y la anglo-holandesa Shell son otras de las mayores empresas que también se han puesto en la línea de salida estos días con expresiones públicas de interés por entrar en Irán, mientras que la rusa Lukoil ha dado un paso más y ya reabrió sus oficinas en la capital persa.

Todas estas empresas ya operaron en Irán antes de la entrada en vigor de las sanciones. Pero sobre ellas tienen ventaja las empresas chinas e indias, que nunca abandonaron del todo el mercado iraní pese a las sanciones y que ahora buscan incrementar su presencia.

Esta lealtad hacia el petróleo iraní pese a las sanciones ha sido correspondida por el gobierno de Teherán, que anunció que la relación "estratégica" con China continuará a largo plazo incluso cuando se llegue a un acuerdo nuclear con Occidente. "Aquellos que fueron nuestros amigos durante las sanciones recibirán nuestra amistad en la misma proporción. China ha sido un socio estratégico de Irán porque ha sido y será el mayor comprador de nuestro crudo", señaló el ministro de Petróleo, Bijam Namdar Zangané.

China tiene en Irán a su tercer mayor suministrador de crudo, que le vende casi el 12% de su consumo anual de petróleo. Pero esto no implicará que tenga prioridad o posibilidad de tener un monopolio en la industria petrolera iraní.

India, por su parte, tampoco ha querido esperar al fin de las sanciones y una delegación de diplomáticos, empresarios y técnicos del sector petroquímico de ese país se encuentra en este momento en Irán en busca de posibilidades para inversión.

El segundo comprador de petróleo iraní pretende desarrollar un polo petroquímico en el puerto de Chabahar, el único puerto iraní con acceso directo al océano Índico, con el objetivo de poder enviar a bajo costo productos a su país y que incluye una refinería, líneas de ferrocarril y mejoras en la infraestructura portuaria.

Cabe indicar que este creciente interés por Irán puede explicarse porque ante otras explotaciones de hidrocarburos que se desarrollan actualmente, como las reservas de 'shale gas' en Canadá, EEUU o Argentina, el petróleo iraní es mucho más barato de extraer y exportar. De acuerdo con analistas iraníes, bastaría con invertir en las instalaciones y en la tecnología de los pozos ya existentes, muy deteriorados tras años sin recibir mejoras, para que Irán duplique su producción en un año y recupere la cuota de mercado que perdió debido a las sanciones.