Orión, la cuestionada empresa de transportes cuyas unidades han protagonizado varios accidentes de tránsito en las pistas de Lima, fue fundada en 2007 por José López Vidal. Sin embargo, un año después, el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) descubrió que su verdadera identidad era Wilfredo Chávez Falconí. Pese a ello, este empresario sigue presentándose públicamente con nombres y apellidos que no le pertenecen.
La República cuenta la historia de este hombre que no existe que empieza el 8 de marzo de 2007 con la constitución en Registros Públicos de la Empresa de Transportes Orión Urbanus, donde se consigna que José López Vidal, identificado con el DNI 80169139, es fundador, accionista y presidente del directorio. El 3 de agosto de ese mismo año López Vidal registró otra compañía, la empresa Satélite Transport Group, y el 12 de noviembre, fundó la firma Orión Transport Group.
Poco después se descubriría que José López Vidal era una identidad fraudulenta. El 4 de enero de 2008, el Reniec, a través de la aplicación del programa de lectura biométrica AFIS (sistema de identificación por huellas dactilares), detectó que el empresario tenía doble identidad y que su verdadero nombre y apellidos eran Wilfredo Chávez Falconí.
En consecuencia, Reniec anuló el DNI de José López Vidal. Al ser interrogado por la Policía del Ministerio Público con qué nombre se viene identificando, Wilfredo Chávez Falconí contestó:
“Todas mis actividades se encuentran vinculadas con la identidad de José López Vidal, desde hace 18 años nadie me identifica como Wilfredo Chávez Falconí”.
¿Pero cómo empezó todo? El 11 de diciembre de 1997, Wilfredo Chávez Falconí se presentó ante el Reniec y obtuvo una segunda identidad a nombre de José Eduardo López Vidal, consignando como fecha de nacimiento el 7 de marzo de 1963 y que era hijo de José López y Juana Vidal. Todos estos datos eran falsos.
Chávez Falconí arguyó que empezó a usar una identidad falsa debido a que, tras cumplir labores como efectivo de la Policía Nacional en zonas de emergencia participando en acciones contra Sendero Luminoso, al pasar al retiro, comenzó a recibir amenazas de muerte de terroristas y atentados contra su vida y la de su familia, como reveló en una carta enviada a La República:
“Con esta nueva identidad ingresé a la vida civil en el año 1990/1991 y me vi precisado a mantenerla en salvaguarda de la integridad física de mi familia y la propia, habiendo realizado desde esa fecha distintas actividades personales como comerciales en forma legal y sin haber vuelto a utilizar mi primera identidad”.
“Quiero dejar expresa constancia de que dejé el cuerpo policial bajo amenazas terroristas, habiendo sido objeto en un primer momento de un proceso disciplinario que, esclarecidos los motivos de mi alejamiento, fue archivado y que no tengo antecedentes policiales o penales de ninguna naturaleza”.
Sin embargo, existen algunos hechos que omite Wilfredo Chávez Falconí en su carta. De acuerdo con su hoja de servicios, obtenida por La República a través de fuentes de la Policía Nacional, entre 1983 y 1987 estudió en la Escuela de Oficiales de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) y egresó con el grado de alférez.
Entre 1989 y 1991 trabajó en la Jefatura Provincial de Huancavelica y en 1992 fue trasladado a Lima para cumplir servicios en la Dirección de Investigación Criminal. En 1993, con el grado de teniente, Wilfredo Chávez Falconí fue dado de baja por el Comando de la Policía Nacional por medida disciplinaria debido a abandono de destino, es decir, por desertar de la institución. Cinco año después, inscribió el falso nombre de José Eduardo López Vidal ante el Reniec.
Chávez Falconí alega que usaba la identidad falsa porque temía la amenaza de los terroristas. Pero lo más curioso es que luego se descubrió que el empresario usaba también sus nombres y apellidos verdaderos ya que en el 2006 consignó en Registros Públicos su verdadera identidad a fin de otorgar mandatos y poderes a favor de su esposa Emilia Morales Campos para celebrar contratos sobre sus bienes muebles e inmuebles.
Pese a que en enero del 2008, Wilfredo Chávez Falconí fue denunciado por funcionarios del Reniec ante el Ministerio Público por el delito de falsificación de identidad, el empresario siguió utilizando el falso nombre de José López Vidal.
El 11 de julio de 2012, Nelly Paredes Rojas, procuradora del Reniec, denunció nuevamente a Chávez Falconí, esta vez ante la 14ª Fiscalía Provincial Penal de Lima a cargo del fiscal Enrique Miranda Guardia, por el presunto delito contra la fe pública y falsedad ideológica. El caso fue derivado a la Policía del Ministerio Público, que pertenece a la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri).
Durante los interrogatorios Chávez Falconí declaró durante su tiempo destacado como oficial de inteligencia en la Jefatura Departamental de Huancayo que obtuvo de parte del coronel PNP Gonzalo Chonlón Vidal una libreta electoral con el nombre de José Eduardo López Vidal en resguardo de su integridad física y familiar debido a las amenazas de muerte que recibió, siendo transferido a Lima en la División de Investigación Criminal.
Sin embargo, el 18 de octubre de ese mismo, el fiscal Miranda archivó el caso por prescripción del delito y, según la versión del propio Wilfredo Chávez Falconí, “fue archivado al existir motivos justificados para haber cambiado mi nombre y a la fecha vengo tramitando ante las autoridades jurisdiccionales la correspondiente regularización; mientras, conforme lo dispuesto por esta entidad, estoy utilizando mi nombre original”.
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Foto de cabecera: La República