El Gobierno designó a la funcionaria diplomática Ana María Liliana Sánchez Vargas de Ríos, como nueva embajadora del Perú en Francia, en reemplazo de la ginecóloga Cristina Velita, quien se desempeñó en el cargo desde el 1 de noviembre de 2011.

Mediante sendas resoluciones supremas, publicadas hoy en el boletín de Normas Legales del diario oficial El Peruano, se oficializa la designación de Sánchez Vargas de Ríos y se da por terminado el nombramiento de Velita Laboureix.

Se precisa también que la fecha en que la nueva embajadora en el Servicio Diplomático de la República deberá asumir funciones será fijada mediante resolución ministerial.

Pero, ¿quién es Cristina Velita? La ginecóloga fue muy cuestionada desde su nombramiento en 2011 debido a su falta de experiencia diplomática para desempeñar tan importante cargo y por su amistad con la pareja presidencial, en especial con la primera dama Nadine Heredia, a la que conoció cuando el actual mandatario Ollanta Humala fue agregado militar en París.

Además, en febrero de 2003, el Comité Cívico de Residentes Peruanos en Francia publicó una carta abierta al entonces presidente Alejandro Toledo en la que criticaba la designación de Cristina Velita como agregada para Asuntos de Asistencia Humanitaria

En el documento se indica que Velita Laboureix es “una persona de moral dudosa, porque es ginecóloga y ha tenido varios juicios pendientes con peruanas, en el pasado, por partos no llevados a término, así como por cobros indebidos a pobres peruanas sin papeles”.

La presencia de la ginecóloga en la Embajada del Perú en Francia data de hace muchos años, ya que ha laborado allí desde el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry. En 1988, se le dio permiso para ejercer su profesión médica y lo habría estado haciendo en forma paralela a su trabajo en la sede diplomática, tanto en un consultorio de París como en su domicilio particular.

Y no solo eso, ya que se supo también que Cristina Velita tenía antecedentes de evasión tributaria ante el fisco de Francia debido a que, cuando fue agregada cultural de la Embajada peruana en París, durante el gobierno de Alejandro Toledo, pidió que le abonen su sueldo en un banco de Canadá y así poder evadir el pago de impuestos sobre su salario al Gobierno galo, según informó Willax TV en el 2011.

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