Durante el período 1964-1992, la compañía transnacional petrolera Texaco fue responsable del derrame de 60,5 millones de litros de petróleo y 68 mil millones de litros de aguas tóxicas en los ríos, y quemó al aire libre 235 mil millones de pies cúbicos de gas en la selva amazónica de Ecuador.

Por ello, el 14 de febrero del 2011, la Corte de Sucumbíos de Ecuador condenó a Chevron-Texaco a indemnizar a la población indígena de Lago Agrio con 9 mil millones de dólares.

La reacción de la transnacional fue acudir a la justicia estadounidense. El 4 de marzo del 2014, el juez Lewis Kaplan falló a favor de Chevron argumentando que la sentencia ecuatoriana se habría logrado a través de una "conspiración". Este fallo judicial fue utilizado por la empresa para negar su responsabilidad. Ahora lo hace, para defenderse del contenido del documental "El show tóxico de Chevron", elaborado por el Comité Español en Defensa de la Amazonía Ecuatoriana (Cedaec).

El documental fue producido por los españoles Pepe Galán y Julieta Pérez. La Cedaec cuenta la historia del grave caso de contaminación ambiental en la Amazonía ecuatoriana y señala la responsabilidad de Chevron-Texaco.

La compañía respondió con un comunicado en el que consideraba "absurdas" las acusaciones y utilizó el fallo judicial que obtuvo en EEUU. Cuestionó las comparaciones como que "el desastre de Chevron es 85 veces mayor que el derrame de la British Petroleum (BP) en el Golfo de México en 2010 y 18 veces mayor que el del Exxon Váldez en Alaska en 1989".

Ante las acusaciones de que la transnacional se enriqueció con la explotación petrolera en Ecuador, Chevron lo niega y afirma que, cuando Texaco ejercía como operador del consorcio, las ganancias de la empresa fueron de 496 millones de dólares mientras operaba en Ecuador.

Dice la nota de prensa:

"El restante casi 24.500 millones de dólares en ingresos, más del 95 por ciento del total de ingresos del consorcio, se quedó en el Ecuador en forma de impuestos, regalías, participación accionaria del Estado y más".

E intentó, otra vez, deslegitimar a los afectados y a sus defensores:

"La realidad es que los abogados de los demandantes son ampliamente conocidos por sus tácticas de engaño, manipulación y fraude".

Hasta el momento, Chevron se niega a cumplir con la sentencia condenatoria de la justicia ecuatoriana. Sigue usando al fallo que obtuvo en EEUU como su defensa. Más de 20 años de contaminación en la Amazonía no pueden quedar impunes. El caso fue juzgado en Ecuador y la sentencia fue confirmada por la Corte Nacional de Justicia.


(Foto de portada: EFE)


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