No me cabe ninguna duda de que todo el operativo montado por Luis Castañeda Lossio con respecto a los murales del Centro de Lima, que borró con deleite, ha sido una maniobra distractora. ¿De qué quería distraernos? De otra movida suya, esta sí con dinero de por medio: la cancelación del proyecto "Río Verde", asociado con Vía Parque Rímac y negociado por su predecesora, para usar los más de 70 millones de dólares colocados en ese fideicomiso en una serie de bypasses cercanos al parque de la exposición.

Esta obra ya ha sido iniciada, sin aviso previo, sin concurso público o licitación, sin estudios técnicos, sin evaluación de impacto ambiental, sin una justificación clara de su necesidad, sin explicarle a nadie cómo empata con otras planes viales que la actual administración pueda tener para la ciudad (¿cuáles?), sin aprobación del Concejo y sin la autorización del MEF, todo ello requerido por ley. 

Deténganse un momento a considerar el párrafo anterior. Y vuelvan a pensar al hacerlo en la cantidad de dinero involucrada. Y ahora piensen en el silencio del alcalde al respecto. 

Hecho lo anterior, dense cuenta de que el silencio de Castañeda es solo aparente. La realidad es que ha tenido que estar hablando, y bastante, al menos con un grupo de personas: los contratistas encargados del proyecto. Es decir, la firma brasileña OAS, una vieja conocida de la gestión anterior de Castañeda, con la cual la gestión de Susana Villarán debió renegociar la muy mal planteada "Línea Amarilla" para convertirla en el hoy fenecido "Río Verde".

Es decir, ha habido negociaciones y acuerdos entre las partes (no puede ser de otra manera) para el uso de una millonada de dólares en fondos públicos, sin que nos enteremos. Ni nosotros, ni el Concejo como tal, ni las autoridades, ni nadie. A escondidas y con un je je je.

Y para repetirlo: esta obra ya está empezada. Hay un campamento de trabajadores y se han comenzado a romper las veredas. Es decir, Castañeda y OAS ya se han puesto de acuerdo sobre algo, sin decirnos qué.

Por ejemplo, ya se han puesto de acuerdo sobre el presupuesto. Que nadie, ahora mismo, está en condiciones de evaluar y cuyos posibles sobrecostos —un término que les debe ser familiar a los observadores del modelo de gestión de este alcalde— nadie podrá estimar si no se informa debidamente.

Desde las sombras, pues, hablando con quien tiene que hablar pero con nadie más, Luis Castañeda Lossio está haciendo otra de sus "obras". ¿Lo vamos a permitir?


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