La primera ministra Ana Jara ha salido hoy a las redes sociales, específicamente a Twitter, para defenderse de la tormenta política desatada tras las recientes revelaciones periodísticas de las actividades de la DINI, que se dedicó a compilar files con información sobre las actividades y propiedades de unos 100,000 ciudadanos prominentes (incluida, al parecer, la propia Jara).
Aún no se ha aclarado el propósito de esa documentación, que incluyó a políticos (del oficialismo y de la oposición), funcionarios y periodistas, y que el Congresista Víctor Andrés García Belaunde ha denunciado llegó a manos de la red de Rodolfo Orellana. Jara enfrenta en el Congreso una moción de censura por estas acciones, y hoy responde en una seguidilla de mensajes tuiteros.
El resumen es este: la paradoja política de encontrarse responsabilizada de las acciones de un organismo que ella misma está en proceso de reorganizar (luego, hay que decirlo, de un escándalo previo, el de los reglajes a políticos). Dice la premier:
Pero la cosa no termina ahí. Minutos antes del tuit anterior, Jara resumió algunas de las acciones tomadas y aseguró que "no se ha puesto de costado" ante las revelaciones. Y afirmó además que las acciones irregulares o sospechosas de la DINi datan no de este gobierno, sino del anterior:
Está clara entonces la línea de defensa de Jara: "mis acciones me respaldan, no me he escondido del problema, y el Apra también lo hizo (para no hablar del fujimorismo)". Veremos en los próximos días si esa línea es sólida, o si este nuevo escándalo desatado desde la revista Correo semanal terminará, por fin, con su caída del premierato y la desestabilización del recientemente renovado gabinete.
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