La Tierra se ha visto afectada desde siempre por las tormentas solares, sin embargo, en el último siglo este fenómeno ha generado un riesgo potencial para las redes de distribución de energía y los sistemas de comunicaciones satelitales.
La Agencia Nacional Atmosférica Oceanográfica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) registró a la más reciente de estas erupciones solares durante la mañana de ayer, clasificándola como categoría 4, dentro de la escala de 5 con la que se miden según sean sus efectos geomagnéticos.
¿Pero qué son las tormentas solares? El NOAA las define como "una importante perturbación de la magnetosfera de la Tierra, que se produce cuando hay un intercambio muy eficiente de la energía del viento solar en el entorno espacial que rodea el planeta".
Estas tormentas solares pueden alterar la trayectoria de las señales de radio y crear errores en la información proporcionada por el posicionamiento GPS. Esto sucede porque el calentamiento crea fuertes variaciones horizontales en la densidad de la ionósfera por donde viajan las señales.
Estos fenómenos también pueden perturbar los sistemas de navegación, como el Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) y son capaces de crear corrientes inducidas geomagnéticas nocivas (GIC) en la red de energía y en los oleoductos.
Como dato adicional, otro de sus posibles efectos es que provoca que la aurora boreal pueda ser vista más al sur de lo que se observa normalmente, como se observa en esta cuenta de Flickr del NOAA.