El Observatorio de Dinámica Solar (SDO, por sus siglas en inglés) de la NASA captó el pasado 16 de marzo -el mismo día de la tormenta solar que afectó la Tierra- dos manchas negras en el Sol, las cuales han despertado una gran pregunta en la comunidad científica: ¿Será este un signo de que el astro rey esté oscureciéndose?

"Agujeros coronales" es el nombre técnico de este fenómeno. El más grande de estos dos, ubicado cerca del polo sur, cubre entre un 6% y 8% de la superficie solar total. Bastante más pequeño es el que se observa cerca del polo opuesto, que cubre alrededor de 3,8 millones de kilómetros cuadrados en el sol, apenas un 0,16% de toda su extensión.

En principio, estos "agujeros coronales" no suponen un riesgo para la supervivencia del Sol, ya que son regiones de densidad y temperatura más bajas que su atmósfera exterior.

El campo magnético en estas regiones se extiende hacia el espacio y no forma bucles en la superficie solar, como ocurre en otras partes de la estrella.

Debido a esto, estas manchas oscuras generan un viento de partículas solares que puede alcanzar a distintos planetas, incluido el planeta Tierra.

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