El día domingo, en medio de su campaña proselitista en el pueblo joven Santo Toribio de Mogrovejo en Chiclayo, el expresidente Alan García dio estas declaraciones:
"Cuatro años han investigado todo y, sin embargo, las conclusiones escritas de la Megacomisión son que mis patrimonios y gastos están debidamente fundamentados. No soy de los que llega al gobierno a hacerse rico ni a comprar residencias, no soy de los que llega al gobierno a hacerse rico ni aprovecharse de los recursos del pueblo”.
¿Cómo? ¿Perdón? ¿Acaso el líder aprista participó en una broma para Tinelli? Está bien que los peruanos tengamos mala memoria en tiempos electorales pero estas declaraciones son...como decirlo ¿conchudas?
Y es que si el exmandatario no ha sido investigado por el Ministerio Público por estar vinculado a sonados casos de corrupción no es por falta de pruebas sino porque siempre ha tenido un 'as de estrellas' bajo la manga (como viajar a otro país para esperar la prescripción). Y, por supuesto, buenas relaciones con la Fiscalía.
La habilidad de García para 'zafarse' del Poder Judicial tiene muchos episodios. Recordemos que en 1992 se le abrió un proceso por enriquecimiento ilícito, a raíz de su supuesta participación en el escándalo del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), un banco pakistaní con cuentas en Panamá donde se habrían depositado jugosas comisiones de hasta tres millones de dólares por su intermediación en la compra venta de 14 aviones Mirage 2000. ¿La plata llega sola?
Como todos recordamos, el pupilo de Haya de la Torre partió con rumbo al exilio-primero a Colombia y luego a Francia- desde donde, según sus propias palabras, "soñaba con el Perú". Solo volvió en el 2001, cuando los delitos por los que se le acusaba prescribieron. Lindo el sueño, ¿no? Ah y encima perdonó a sus perseguidores. Jesús, te salió competencia.
En su segundo gobierno, los escándalos judiciales no abandonarían a García (y tampoco su habilidad 'Ñapancha').
La Megacomisión, que fue presidida por el parlamentario Sergio Tejada, se encargó de revelarnos las irregularidades del segundo gobierno aprista y que supuestamente involucraban al entonces jefe de Estado. La investigación significó un enfrentamiento entre el Poder Legislativo y Judicial. Este último jugó a favor del expresidente cuando declaró nulos los informes de la Megacomisión que recomendaba acusarlo constitucionalmente. Y ante la apelación de grupo de trabajo legislativo, la suerte volvió a sonreírle al acusado.
Pero el Congreso no se dejó 'pisar el poncho' ya que siguió con el debate de los informes. Hace poco se aprobó los informes referentes a los casos 'Business Track' y los 'Colegios Emblemáticos'. El pleno aprobó la denuncia constitucionalmente.
¿Cómo terminará esta historia? ¿Será investigado, finalmente, Alan García? Por el bien del Perú, esperemos que sí.
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