La crisis política y económica de Venezuela es un serio problema para Latinoamérica. Diversos medios han informado sobre las protestas que miles de ciudadanos venezolanas realizan contra el gobierno de Nicolás Maduro. El enojo y la violencia van en aumento. 

En vista de esta grave situación, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, emitió, hace poco, una orden ejecutiva que declara a Venezuela una amenaza para su país y congela los bienes que tienen en su país 7 funcionarios militares y policiales venezolanos, acusados de violar Derechos Humanos. Asimismo, la Casa Blanca demandó que cese la detención de los opositores del gobierno encabezado por Nicolás Maduro.

Por supuesto, el mandatario sudamericano no se quedó callado y acusó al líder estadounidense de "asumir personalmente la tarea de su derrocamiento" y de estar detrás de una "emboscada económica". Y en un acto de desafío a Obama designó ministro del Interior a uno de los funcionario sancionados: el general Gustavo González López. Además, pidió poderes especiales para gobernar y defender "la soberanía de Venezuela".

Maduro no se encuentra solo. Ya recibió el apoyo de Fidel Castro a través de una carta publicada en el diario Granma:

En la misma edición del diario oficial cubano, se publica el pronunciamiento del gobierno caribeño que crítica duramente la orden ejecutiva de Obama a la que califica como una injerencia en la política venezolana, más aun cuando este año habrá elecciones legislativas. Publicada esta declaración oficial cabe preguntarse si el proceso de reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba se verá afectado.