La pobreza crónica afecta a 130 millones de habitantes de Latinoamérica y el Caribe, que viven con menos de US$4 diarios pese al crecimiento económico logrado por la región durante la última década y los esfuerzos por incentivar el acceso al mercado laboral.

Según el estudio Los olvidados: pobreza crónica en América Latina y el Caribe, de Renos Vakis, Jamele Rigolini y Leonardo Lucchetti, del Banco Mundial, uno de cada cinco latinoamericanos ha vivido siempre en pobreza.

“La pobreza existe y persiste debido a limitaciones tanto dentro como fuera del hogar, desde la falta de motivación y destrezas adecuadas hasta la falta de servicios básicos como agua potable”, señala Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Apoyar a los individuos es necesario aunque no suficiente. También es crucial contar con un contexto propicio que proporcione servicios adecuados. Por lo tanto, las políticas sociales y el desarrollo regional deben ir de la mano”, añadió.

Por su parte, Renos Vakis indicó que el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza crónica, pues existen otros factores que influyen en esa condición. Así, citó el contexto en el que viven los pobres crónicos, que les dificulta el acceso al mercado laboral, por la ubicación geográfica o por haber una concentración de empleo con bajo nivel de tecnología y, por lo tanto, menores ingresos.

principales hallazgos del informe

* Cerca de 70 millones de personas salieron de la pobreza en América Latina gracias al crecimiento económico de la última década, pero aun así el 12% de los latinoamericanos continúa en la pobreza crítica.

* Existen variaciones significativas entre países. Uruguay, Argentina y Chile exhiben las menores tasas de pobreza crónica, con cifras en torno al 10%. En el otro extremo, Nicaragua, Honduras y Guatemala detentan tasas de pobreza crónica significativamente más altas que el promedio regional de 21 por ciento, variando de 37% en Nicaragua a 50% en Guatemala.

* También hay variaciones significativas al interior de los países. Dentro de un mismo país, algunas regiones exhiben tasas de incidencia hasta ocho veces más elevadas que la mínima. En Brasil, por ejemplo, Santa Catarina tiene una tasa de pobreza crónica de 5%, mientras que en Ceará es de casi 40%.

* El tema es tanto rural como urbano. A pesar de que las áreas rurales exhiben tasas de pobreza crónica mucho más elevadas, dicha pobreza es un fenómeno tanto urbano como rural. Las áreas urbanas de muchos países, incluidos Chile, Brasil, México, Colombia y la República Dominicana, exhibieron un número mayor de pobres crónicos entre el 2004 y el 2012 que sus áreas rurales.

“Además de enfocarse en acceso a servicios básicos y buenos puestos de trabajo, las políticas también deben tener en cuenta las verdaderas barreras sociales y aspiracionales que los pobres crónicos enfrentan en América Latina”, dice Ana Revenga, directora sénior para Pobreza en el Grupo del Banco Mundial.