Hasta el momento, se sabe que dos murales artísticos, pintados durante la gestión de Susana Villarán, han sido borrados del Centro de Lima como consecuencia de la ordenanza de la Municipalidad de Lima de la gestión de Luis Castañeda del pintado de fachadas.

Los murales de el colombiano Guache y del peruano Jade han sido borrados para darle paso al color amarillo.

El pintor Decertor advierte que este mural que pintó en el 2012 junto al artista peruano Elliot Túpac y el pintor francés Julien "Seth" Malland en el 2012 es la próxima víctima de la gestión de Castañeda.

foto: el decertor / facebook

Señala que la gestión de Villarán brindó apoyo logístico para el proceso de pintado. Como recordamos, estas obras fueron parte del Festival Latidoamericano, donde participaron más de 20 artistas de todo el mundo. El documental francés "Graffiti Chicha" registró el pintado de esta obra, que ahora corre peligro de desaparecer.

A través de su cuenta de Facebook, Decertor se pronunció sobre el borrado de murales en el Centro de Lima:

"Actualmente Lima es el Perú, pues acoge toda la multiculturalidad del país, acoge sus tradiciones y costumbres. La ciudad cambia y evoluciona, al igual que nuestros códigos de comunicación, el arte urbano llega en un momento importante para el encuentro de la identidad. Lima no debe dejar de seguir adelante y evolucionar por normativas de hace mas de 20 años. Y con hablar de evolución no hablo de ''pintarrajear'' la ciudad, hablo de este encuentro con la cultura e identidad, pues esta vez miramos a oriente, a nosotros mismos. El mural se supedita a la arquitectura y como la mayoría de los casos en donde fueron pintados los murales, estos ocupaban paredes grises, sin molduras ni alguna característica de la arquitectura colonial".

Ante las diversas reacciones en redes sociales, Decertor señala:

"Se encontraron muchas opiniones divididas, la principal es el desprecio por los colores vibrantes. El color es un tema ancestral en nuestra cultura, los colonizadores obligaron a los indígenas a usar trajes con formas y colores distintivos, a fin de tenerlos identificados por grupos. Pero la gente decoró artísticamente haciendo apología a su propia identidad en sus vestidos, osea, el color desbordó toda intención de lamento. En algunas zonas de Lima existen paletas grisaceas limitadas para pintar las edificaciones, a nombre del "ornato y el buen gusto" y ¿quien decidió esto? Es clara muestra de esa brutal colonización que sigue hasta ahora en nuestra vida y como quitarla si cuando hay oportunidad de empezar con lo mas simple, solo seguimos el camino trazado. No hago desprecio de la monocromia, tampoco creo ciegamente que el color sea "alegría" considero al color como lo que es: LUZ. Y es necesario iluminar esta ciudad, pues ahí veremos reflejado nuestra historia y raíces".

Respondió a aquellos que opinan que el arte debe ocupar un lugar limitado:

"Otro punto importante es sobre el lugar donde se realiza la obra. Es bastante común encontrarse con personas y/o autoridades que dicen tener cierta apertura por el arte urbano, pero quieren que tenga un lugar propio para desarrollarse y sugieren puntos aislados del tránsito cotidiano, no exactamente donde se habita...pues esa es una "idea facha". El arte urbano debe estar precisamente en el corazón de las ciudades, entre las calles y avenidas, donde la confrontación sea directa y esto mismo ocurre con el graffiti (no se puede escoger a dedo por un tercero donde hacerlo, se hace donde el autor decide) por ello las intenciones de legalización realmente no tienen sentido. al menos no para el graffiti, es distinto con el mural que necesita de horas y/o días de elaboración, por ello los predios escogidos son conversados. En Perú, donde el arte no ocupa un lugar importante en la educación, donde no hay tradición por visitar museos y galerías, la necesidad de tener obras que choquen contra las personas es vital. Mucho se habla de que se haga algo en las escuelas para las futuras generaciones, y sí, sería necesario, pero ahora también es importante, vivimos todos los días".

Y defendió la importancia del arte en la vida de las personas:  

"Por último encontré mucho desprecio y minimización por la actividad artística, tildada de poco productiva y aporte a la sociedad. No es novedad, pero ¿acaso solo se necesitan ingenieros, médicos, abogados, contadores, etc.? ¿Existe una persona normal que pueda vivir sin escuchar música? ¿Qué pasa si simplemente se deja de hacerlo? La experiencia que da la música es catártica. Considero que la imagen tiene ese mismo potencial... y al no permitir mostrarse mas obras al público se está negando esa capacidad de sentir nuevas sensaciones y expulsar esos sentimientos que no tienen otra vías. Queda aún mucho por conversar, mucho por decir sobre esto, por ejemplo sobre la pasividad de las personas por la inundación de publicidad empresarial y política, etcétera. Pero quedan aun muchas paredes por pintar. Soy optimista por mi generación y la que viene pues entienden el discurso. Solo queda ser resistente"


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