Los tres suboficiales de la Marina de Guerra del Perú -Alfredo Domínguez Raffo,Johnny Philco Borja, Alberto Gonzales Alejos, hoy detenidos y procesados por traición a la patria-  eran parte de una red de contactos para llevar a cabo el espionaje a favor de Chile.

Según una investigación del periodista de La República Angel Páez, las personas que colaboraron con los espías pertenecen a tres grupos: compañeros de promoción del Centro de Instrucción Técnica y Entrenamiento Naval (CITEN); excompañeros de trabajo o suboficiales en situación de retiro; y familiares o personas vinculadas afectivamente a los acusados.

A esta conclusión llegó la división de Contrainteligencia de la Dirección de Inteligencia de la Marina (Dintemar) que inició el seguimiento de los sospechosos hace cuatro años cuando se confirmaron los viajes al exterior del técnico de segunda Philco Borja, quien laboraba como telématico en la Base Naval del Callao y que ofrecía servicios de "soporte en mantenimiento de software de comunicaciones e informática" y "soporte y asesoría en la toma de decisiones".

El operativo de Contrainteligencia tenía como misión descubrir la forma de trabajo de Philco y, sobre todo, identificar a sus contactos. No obstante, la investigación estuvo en peligro a mediados de 2014, ya que por esa época, el técnico de segunda debía ser asignado a la zona del Vraem. 

Para evitar poner en riesgo la operación se decidió arrestar a Philco y llevarlo ante el Fuero Militar Policial. Posteriormente, y por el mismo motivo, Domíguez Ramos y Gonzales Alejos corrieron la misma suerte. Según fuentes que cita La República, estas detenciones no desactivaron la red de contactos que trabajaban para el espionaje a favor de Chile. 

Además, el trabajo de Contrainteligencia enfrentó otro problema: la filtración a la prensa del proceso por traición a la patria de los marinos peruanos. 

Cuando América Noticias hizo pública la información, los investigadores estaban en pleno proceso de verificación de las identidades de las personas que aparecen en los dispositivos electrónicos de Philco (teléfonos, laptops, tablets). El espacio periodístico puso en riesgo un trabajo que tomó varios años. 

Luego de semanas de trabajo, la Marina pudo romper las claves de seguridad y encontrar evidencia sustancial que determinó la acusación por traición a la patria contra Johnny Philco.

Pero esta historia aún tiene muchos capítulos. "El trabajo no ha terminado mientras no se termine de atrapar a todos los espías. La cacería continúa", revelaron las referidas fuentes. 

Por lo pronto, ya se conoce la identidad de un contacto chileno: el capitán de corbeta Francisco Calvanese.


[Foto de portada: Andina]

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