Todos sabíamos que la elección de Luis Castañeda traería drásticos cambios para Lima. Y el tiempo nos ha dado la razón. Hace unos días, a través de una 'ordenanza de urgencia' desechó la reforma del transporte iniciada por Susana Villarán en su gestión. 

Recientemente, se informó sobre la ampliación a tres vías de la avenida Salaverry, lo cual afectaría uno de los pocos espacios públicos de los vecinos para el desarrollo de sus actividades al aire libre.

La cultura también está en peligro. Ayer informamos del borrado del mural "Volveré y seremos millones", pintado por el artista colombiano Guache en el marco del Festival Latido-Americano.

Desde luego, el autor de la obra se ha pronunciado ante este atropello:

“Es una lástima que se borre el muro, pues se había convertido en un referente de arte urbano en el centro histórico de Lima y estaba en una zona junto a otras obras de artistas latinoamericanos reconocidos”.

Pero lo hecho por la Municipalidad de Lima también ha generado la indignación de muchos ciudadanos peruanos, especialmente de aquellos vinculados al trabajo cultural. A continuación hacemos una recopilación de algunas opiniones.


Francisco 'Paco' Bardales (escritor y periodista)

El bonito mural de Túpac Amaru, del jirón Lampa en el centro de Lima, eliminado, cubierto con pintura amarilla (tenue, seguro, para que piensen que no es peor). Luego, me entero que la Municipalidad de Jesús María, en alianza con la Municipalidad de Lima, intenta crear un nuevo carril para transporte de vehículos en la avenida Salaverry. Eso implicaría bajarse los árboles de la berma central, que son una de las cosas más bonitas del distrito (y una de las pocos lugares por donde se puede transitar. Castañeda no puede hacer lo que le da la gana y destruir lo mejor de Lima por un soberano y burdo disparate (sean negocios, ignorancia o mala intención). Pero, lo más importante, alguien incapaz de defender el patrimonio artístico y cultural de su ciudad (sobre todo si es autoridad) no merece ningún respeto. Ninguno.


Guillermo Valdizán (artista gráfico)

A través de la historia, los extirpadores de idolatrías han identificado muy bien la potencia de la cultura, el poder de gozar abiertamente nuestras identidades y dibujar nuestras memorias. Sabían su rol: desaparecer todo signo de diversidad que distraiga la imagen absoluta del poder. Destruyeron templos, persiguieron costumbres. Luego quemaron libros, prohibieron canciones y afectos. Actualmente dejan morir nuestro patrimonio, asfixian nuestras lenguas, agreden nuestro territorio y, hoy también, borran murales. Este es un gesto de temor ante la celebración de la diferencia. Castañeda, vigente extirpador, teme lo que no comprende, lo que no se le parece, lo que no puede controlar. Comete 'culturicidio'. Sin embargo, históricamente los extirpadores fracasaron. La cultura ha demostrado ser un espíritu resistente a la desesperación del poder porque en ella radica la dignidad de las personas y los pueblos. Desde la cultura somos y nos hacemos desde el pasado, presente y futuro. Por eso no le tenemos miedo. A pesar de usted esta ciudad es multicolor y eso es no se puede extirpar.

Verónika Mendoza (Congresista de la República)

Esto es lo que está haciendo el nuevo alcalde de Lima con los murales de la ciudad, lo que pretende hacer con nuestras culturas... Resistiremos y volveremos a pintar nuestra tradición y nuestros sueños cuantas veces sea necesario. Como dice Guillermo Valdizán, el extirpador de idolatrías Castañeda ahora borra nuestros murales porque les tiene miedo, teme lo que no comprende ni puede controlar, le tiene miedo a la cultura porque "en ella radica la dignidad de las personas y los pueblos".


Claudia Salazar (escritora/ ganadora del Premio Las Américas)

Borrar el arte y uniformizar la ciudad bajo un solo color demuestra una estrechez de miras alejada de una concepción moderna del urbanismo. Las expresiones artísticas son necesarias para mantener la calidad de vida urbana y es algo que debe mantenerse aunque las gestiones ediles cambien de liderazgo.


David Aguilar (director de la Guía de Arte de Lima)

Nuestra población y sus dirigentes están aún muy lejos de entender la vocación artística y su función e importancia social para el desarrollo personal y comunitario. El jirón Lampa y los lugares aledaños no serán los primeros ni los últimos que tendrán nuestros pujantes artistas si es que se lo proponen. Lima tiene otros distritos que se pueden intervenir creativamente. Los artistas de Lima y el Perú debemos diseñar formas, alianzas y estrategias para dejar un testimonio enriquecedor de nuestras vidas. Esta vocación y compromiso con el arte, dadas las circunstancias que enfrentamos, nos deben hacer más fuertes y solidarios.

Y ahora... el 'meme' de la ocasión (Foto vía Twitter: @elguille73).

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