Hace poco se informó de la decisión del alcalde de Jesús María, Carlos Bringas (Solidaridad Nacional), de ampliar la avenida Salaverry. Esto afectaría los árboles, las ciclovías y la berma central. Así se estaría destruyendo uno de los poco espacios públicos que los vecinos de Lima utilizaban para realizar actividades como correr, montar bicicletas y pasear a sus mascotas.

Advertido de esta información, el escritor peruano Diego Trelles Paz- autor de las novelas El círculo de los escritores asesinos y Bioy (finalista del Premio Rómulo Gallegos)- ha escrito en  su cuenta de Facebook una severa crítica contra este proyecto que cuenta con el aval del alcalde Luis Castañeda. El novelista, además, llama a la acción a los vecinos para evitar que este plan se lleve a cabo. A continuación, compartimos el mensaje.


TERRORISMO URBANO en LIMA

por Diego Trelles Paz


Estimado limeño y limeña:

¿Es usted uno de esos transeúntes que disfruta recorriendo Lima a pie?. ¿Acaso ejercitarse un poco en compañía de otros deportistas? De repente, ¿tomar la bicicleta y aprovechar una de las pocas ciclovías de la ciudad?. ¿Pasear al perro o dar un paseo al aire libre en compañía de tus hijos o de tus amigos? ¿Retozar en el césped verde y recién cortado (dormitar, desperezarse, conversar con su pareja) o simplemente caminar sin pensar en nada, admirando la alameda de Salaverry y sus simpáticas hileras de árboles? Y en julio, durante la Feria del Libro, ¿te gusta ir en familia y acceder al evento sin tener que atravesar una avenida peligrosa para los tuyos? O, si vas al Estadio Nacional, ¿prefieres regresar a casa caminando en grupo para evitar el tráfico demencial o la alta posibilidad de que los barristas te asalten en el bus o te empujen de él?

Si lo descrito te parece algo vital y necesario para el desarrollo de Lima y para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, tengo para ti una noticia nefasta:

Gracias a Carlos Bringas, alcalde de Jesús María, y con el auspicio del siempre-presente Luis Castañeda Lossio, alcalde de Lima, te puedes ir olvidando de los árboles, del césped, de la ciclovía, y de la alameda. También olvídate de caminar, hacer ejercicio, pasear en bicicleta, o dar un paseo con tus hijos o amigos.

¿Por qué? 

Porque los dignísimos alcaldes Bringas y Castañeda Lossio piensan que la mejor manera de combatir el tráfico por esta zona, es tirándose abajo los árboles y destruyendo la alameda para los transeúntes y las bicicletas. Y, claro, a cambio prometen construir… ¡un tercer carril para las combis y los buses!

¿Ah? ¿Qué tal?

Esto, desde luego, no deja de confirmar algo tan curioso como abyecto: en el poco tiempo que tiene en el sillón municipal, y gracias a la desintegración de los proyectos culturales (que daban Festivales de Arte y esparcimiento gratuito a los ciudadanos) y al asesinato público de la Reforma de Transporte, el alcalde Luis Castañeda se ha esforzado denodadamente en demostrarnos que la calidad de vida de los limeños no le importa en absoluto.

Por el contrario, ha sido altamente eficiente en mejorar las condiciones de trabajo de los choferes y de las empresas de transporte que acumulan papeletas (que él les condona) y muertos (por los que nadie va preso).

No pienso, sin embargo, terminar este post lamentándome.


La destrucción de la Alameda de Salaverry NO puede permitirse. Es nuestra responsabilidad ciudadana impedir este atentado urbano. Mientras en Buenos Aires, Bogotá y Santiago de Chile hay alcaldes verdaderamente preocupados por recuperar los espacios públicos para los transeúntes, en Lima estamos a la vanguardia en cubrir de cemento las áreas verdes y las zonas de esparcimiento.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Se me ocurren tres soluciones.

1. Una (y varias) MARCHA(s) contra la destrucción de la Avenida Salaverry

 Esta MARCHA debe ser organizada y apoyada por todas las organizaciones civiles que liberaron con éxito las movilizaciones contra la LEY PULPÍN. Todavía queda mucho tiempo para poder revocar a Castañeda (pero créanme que este señor saldrá por la puerta falsa) y, mientras tanto, no nos podemos quedar de brazos cruzados ante alcaldes de cuarta que no tienen ningún plan para Lima e improvisan de la peor forma.

2. Tomar la Alameda

 En las movilizaciones más exitosas de ciudades como México D.F o New York, los activistas tomaban el espacio público de los lugares que deseaban defender. Imagino un escenario de carpas y de pequeñas comunidades públicas organizadas para hacer retroceder cualquier intento de destrucción de la alameda.

3. Cadenas Humanas 

Si la Municipalidad intenta destruir los árboles de la Alameda, habrá que protegerlos con el cuerpo. Ninguna máquina puede pasar por encima de una cadena humana.

Si algo sabemos de estos políticos inmorales es que no soportan la impopularidad y les asusta el escándalo. La Alameda de la Avenida Salaverry no es negociable y nos pertenece a todos los limeños. No permitamos este atentado. No importa que el 60% de limeños apoye a Castañeda: Imagina cómo sería si la Avenida Salaverry se convirtiera en una nueva Avenida Brasil. 

Estoy seguro que de ese 60% pocos estarán de acuerdo con deformar el rostro de Lima. No importa de qué ideología o tienda política seas, ESTO NO PUEDE OCURRIR.


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