Desde el jueves se comenta la noticia de que la municipalidad de Lima, bajo Luis Castñeda Lossio, ha decidido acabar definitivamente con la reforma del transporte iniciada bajo su predecesora, Susan Villarán. La denuncia la hizo inicialmente el concejal Augusto Rey, tras la aprobación en emergencia de una ordenanza municipal que renueva las rutas de transporte tradicional en la ciudad, incluyendo aquellas (combis y cústers) que circulaban en los corredores ya establecidos.

Hoy, la propia Susana Villarán se ha manifestado al respecto, a través de su página de Facebook. Esto es lo que dice la exalcaldesa:

Lima se queda anclada en el pasado.

Castañeda acabo con la reforma del transporte.

Su última ordenanza que amplia por tres años las autorizaciones de rutas existentes, perpetua el sistema comisionista afiliador que genera accidentes, contaminación, congestión y nos aleja del transporte digno, fluido, ordenado, limpio que nos merecemos como ciudadanos y como ciudad.

Es un retroceso inaceptable.

Es pues, como dijimos siempre, un aliado de Orion, un alcalde sin visión de ciudad y sin garra para emprender las transformaciones que nuestra ciudad capital necesita para ser moderna, justa y competitiva.

Las encuestas favorables no son lo principal para un un político con sentido de servicio y de futuro. Lamentablemente, Lima se queda anclada en el pasado.

La Reforma del transporte es una política de estado de Lima que fue avalada con la firma de varios partidos políticos en el Acuerdo por Lima. Ahí están las firmas de sus líderes: Partido Popular Cristiano, Acción Popular, Alianza para El Progreso, Siempre Unidos, Partido Humanista, Somos Peru, Ciudadanos por el Cambio, Confluencia por Lima, entre otros. Sólo los partidos revocadores no lo firmaron, Solidaridad y el APRA.

Espero que esos líderes que apoyaron la reforma del transporte como una de las diez políticas públicas más importantes para Lima, salgan en defensa de nuestra ciudad y su futuro.

Castañeda ha defendido su decisión argumentando que lo que busca es el retiro de los vehículos tradicionales, y presenta la medida como un avance en la reforma. Sin embargo, como ha notado el concejal Rey, la ordenanza aprobada no hace mención de ello en ningún punto, simplemente renueva las rutas. Además, el retiro de las combis y cústers procedería en un plazo de tres años, durante los cuales el transporte en la ciudad continuará en su estado actual, sin reforma alguna.

También hay que mencionar que, desde que asumió Castañeda, la Municipalidad no ha cumplido con los pagos programados a los concesionarios de los corredores establecidos en la reforma, ocasionándoles pérdidas económicas y poniendo en serio peligro su continuidad en el plan. Si la Municipalidad incumple con los contratos ya establecidos y los concesionarios contratados deciden retirarse, la comuna deberá abonar millonarias compensaciones y se verá envuelta en una larga y copstosa disputa legal.


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