Según las bases de datos de Perupetro, al cierre de 2014, en nuestro país el 51,7% de la producción de petróleo se halla bajo el control de empresas estatales extranjeras, principalmente de China. 

En el mundo, el 85% de las reservas de petróleo está bajo el control de empresas estatales y que entre las primeras 20 empresas petroleras del mundo, 16 son estatales.

De modo que el anuncio dado por el gobierno de fortalecer a Petroperú, volviendo a participar como socio minoritario de otras empresas para la explotación petroleraen lotes con producción, invita a reflexionar nuevamente sobre cuál debería ser el papel del Estado en este campo.

Sobre todo cuando en 2014 la producción nacional de petróleo tuvo una pequeña recuperación en comparación a años anteriores, pues registró un promedio de 69 mil barriles por día (MBPD).

El escenario actual muestra que la estatal Petroperú no es capaz de producir un solo barril de petróleo propio ya que carece de lotes. Apenas cuenta con el lote 64, el cual desarrollará con GeoPark; y pronto firmará contrato como socio no operador con Graña y Montero Petrolera en los lotes III y IV.

Esto contrasta con el caso de la China National Petroleum Company - CNPC, Sapet y Savia, todas ellas empresas operadoras de capitales estatales de distintos países, las cuales se encuentra trabajando en el noroeste de Talara (Piura) en los lotes X (CNPC), VI y VII (Sapet) y Z-2B (Savia), y que tuvieron en 2014 una producción conjunta de 24,6 MBPD.

En la selva la situación se repite. El lote 1-AB es operado por Pluspetrol, pero CNPC tiene una participación del 45%, su producción promedio en 2014 fue de casi 13 MBPD.  Mientras que el lote 8, también operado por Pluspetrol Norte y una participación de tres empresas estatales que alcanza el 55%, tuvo una producción de 9,5 MBPD.

Beatriz de La Vega, socia de la consultora E&Y, opinó en La República que la presencia de una empresa estatal en la producción petrolera fortalece la seguridad energética, aspecto por el cual habría que tener definida la política energética del país.

Más allá de las limitaciones (principalmente tecnológicas) que pudiera tener una empresa estatal, de la Vega indicó que según las prácticas internacionales es ideal participar aunque sea a través de un consorcio, ya que así no solo se asegura estar en el proyecto y tener seguridad energética, sino que también se asume el riesgo en la inversión.

La especialista agregó que la crítica a Petroperú, la de tener a un privado de adorno en la alianza, no es sólida, ya que incluso en esas condiciones el inversionista, considerando sus costos y proyecciones, igual saldría ganando, pese a que comparta el proyecto con otro. 

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