¿Cómo resolver un problema inherente a las condiciones geográficas en las que uno vive? La vida sobre la Tierra siempre implica adaptarse a las condiciones que imponen el clima y la geografía. Sin embargo, es posible –incluso probable– que esas condiciones cambien y la vida se vuelva más dura, haciendo que las tecnologías desarrolladas durante siglos dejen de ser suficientes para sobrevivir.

Esto es lo que ha sucedido en Lampa (Puno) y en Waskaganish (Canadá). Lampa es una provincia puneña a 4,400 metros sobre el nivel del mar, y su población es una de las más afectadas por los friajes de los meses de junio, julio y agosto. Waskaganish es una comunidad canadiense de pobladores cree (se pronuncia ‘cri’), una comunidad similar a los inuit. Hoy, por ejemplo, la temperatura máxima de Waskaganish es de –20°C, y la mínima es de –30°C. En Puno, el pronóstico de temperatura media del mes de julio de 2013 fue –13°C.

El problema, en el altiplano peruano, es que las temperaturas han bajado dramáticamente durante los últimos 20 años. Así, la media del mes de julio entre 1961 y 1990 fue de 4.25°C en esa zona. Es evidente que un descenso de 20 grados Centígrados modifica por completo las necesidades de las comunidades de la zona y vuelve obsoletos sus sistemas de protección contra el frío. 

"En junio de 2014, los sistemas de salud de la región habían reportado 26,266 casos de infecciones respiratorias agudas y 128 casos de neumonía", indica la página de Moving Warmth for Better, una campaña de Western Union que se propone ayudar a mejorar las condiciones de vida de estas comunidades..

En Waskaganish, por otro lado, las condiciones climáticas no han variado demasiado, pero sí las económicas. Así, la dieta tradicional de los cree, consistente en carne de foca y otros productos de cacería, hoy en día se mezcla con la comida chatarra que viene con una economía globalizada. “Hay problemas grandes de malnutrición: obesidad. La importación de verduras o cereales a esa zona es cara”, nos cuenta Humberto Polar, gerente de FCB Mayo, la agencia creadora de Moving Warmth for Better.

Lo que encontramos es que, siendo Canadá un país que está en las antípodas del Perú en términos económicos y al otro extremo del continente, en dos comunidades originarias hay un problema común, que escapa al desarrollo y está al margen de toda consideración económica. 

Con el financiamiento de Western Union, y a través de la ONG Chirapaq, especializada en la preservación de tecnologías ancestrales, FCB Mayo ideó un intercambio de conocimientos: los cree de Waskaganish les enseñarían a los pobladores de Lampa a revestir sus viviendas con pieles para protegerlas del frío, y los lampeños les entregarían a sus visitantes cree los conocimientos necesarios para cultivar y comer la quinua

Así, el servicio de transferencia de dinero que brinda Western Union se amplía, siendo, como dice Polar, conscientes de que “detrás de la transferencia de dinero siempre hay historias de familias, de gente que se está tratando de ayudar desde diferentes lados”. De la misma manera, Lampa y Waskaganish, sin saberlo, podían hermanarse enviando no dinero, sino conocimiento de un extremo a otro de América. 

Uno de los aprendizajes más interesantes es que, cuando uno imparte conocimiento, los resultados son más perdurables. Ante cualquier necesidad, es importante saber qué hacer con el dinero antes de traerlo. El conocimiento es muchas veces lo que hace que una donación económica sea productiva.

La iniciativa de Western Union puede ser parte de la solución a un problema que el Perú trata de paliar todos los años a través de donaciones: el friaje extremo, producto del cambio climático, que genera cientos de muertes –sobre todo infantiles– en las zonas más altas del país. Las donaciones, sin embargo, son solo eso: paliativos. Son necesarias porque las crisis se repiten año tras año, pero la cuestión es hacer un cambio estructural que permita que las personas estén preparadas para el frío. 

Por eso "es importante que el poblador haga que la nueva tecnología forme parte de sus hábitos" y la imparta a las siguientes generaciones. Lo mismo puede suceder, con un monitoreo y apoyo de Western Union y otras instituciones, en Waskaganish: el cultivo de la quinua, como de cualquier planta, no será fácil en sus condiciones climáticas, pero la perseverancia y repetición de las pruebas pueden tener resultados positivos en las dietas de los cree. 

Esta es una prueba de que no es necesario forzar un desarrollo económico para mejorar las condiciones de vida de comunidades que viven en la periferia del capitalismo. Además, muestra que la publicidad no solo sirve para vender servicios, sino para dar nuevas aplicaciones a la naturaleza de esos servicios y para proponerles a las marcas algunas formas de invertir en la mejora de la vida de las personas sin perder, en esa inversión, la utilidad para la marca misma. 



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