El violín de Máximo Damián se quedó a solas. Perú llora a uno de sus músicos representativos. ¿Cómo olvidarlo después de escucharlo tocar Wawa Pampa o Arverja Saruy o Agua Bendita, acompañado por sus danzantes Wallpa Wajay, Caramuza o Agonía? Verlo tocar con la humildad de los grandes no se borrará de nuestras retinas, de nuestros corazones.
un MÁXIMO humilde

un JOVEN máximo damián despide al amigo y maestro: arguedas

Máximo Damián, personalidad de la cultura peruana, fue amigo entrañable de José María Arguedas, quien le dedicó su obra “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, y a quien en retribución Máximo le compuso el tema “Agonía”. Margot Palomino comentó alguna vez que Damián siguió fielmente los consejos de Arguedas: “Él le decía que jamás deje de ser auténtico e íntegro en la transmisión de su arte y así lo ha hecho”.

Damián nació el 20 de diciembre de 1936 en el caserío de San Pedro de Ishua (Ayacucho). En una entrevista, recordó que su amor por la música empezó a los siete años cuando vio por primera vez a los danzantes de tijeras. 

Son 7 los largometrajes en los que ha participado con su violín -el último, el documental “Sigo siendo”, de Javier Corcuera- y ha representado al Perú en Brasil, Ecuador, Venezuela, Estados Unidos, Alemania, Suiza, Italia, España, Francia, Inglaterra, Dinamarca, Holanda y Japón, llevando no solo su música, sino también una muestra del folclore que deslumbró a Arguedas por su gran simbolismo: los danzantes de tijeras.

Este personaje virtuoso se hizo entrañable por su calidez, su timidez, y por nunca sentirse importante a pesar que lo era. Nunca hizo alarde de su talento, y decía de sí mismo que solamente era un violinista ishuano que trataba de mantener la tradición musical de su tierra, ya sea en las celebraciones de herranza, danzantes de tijeras, negrito capataz y algunas otras.

Y era un grande, sin duda. Quienes alguna vez visitaron su morada comentaban que las paredes de su sala estaban llenas de reconocimientos, como la Medalla Kuntur que le otorgó el INC (hoy Ministerio de Cultura), la condecoración que le dio la UNI por su valiosa contribución al folclor nacional, o el Reconocimiento como Personalidad Meritoria de la Cultura Peruana, que le entregó el Ministerio de Cultura; pinturas y dibujos en los que fue retratado; reconocimientos de todas partes del Perú y afiches en varios idiomas.

El escritor Gabriel Rimachi dio a conocer la penuria que pasaba Damián acercándose a los 80 años. Tras jubilarse recibía una pensión que “no alcanza ni para las pastillas”, según le reveló su esposa Isabel. “Tiene que hacerse la diálisis tres veces por semana, yo atiendo la bodeguita, mi hijo José María es especial, y no puede salir a la calle, y Máximo a veces se pone mal por las madrugadas, grita de dolor y qué hago yo si no puedo pagar un taxi a esas horas, porque dicen en el Seguro que como la casa es propia, no puedo acceder al servicio de ambulancia a domicilio (PADOMI)… el único apoyo que recibe es de la Escuela de Folclore, donde fue maestro…”.

El pasado martes, el maestro del folklore andino fue ingresado de emergencia al hospital Rebagliati donde permaneció por varias horas en la sala de emergencia, sin que se le asignara una cama. Ayer, jueves, se dio a conocer que, por encargo de la Ministra Carmen Omonte, se derivó a piso a Damián, fue ya inútil: fallecería pasadas las dos de la tarde.

¿Cómo despedirlo? Quizá recordando que en su pueblo natal, San Pedro de Ishua, las novenas que marcan el preludio de la fiesta central en honor a la Mamacha Cocharcas, se realizan alternando oraciones con cánticos en quechua. En una de estas novenas y aunque no es usual hacerlo, Don Máximo Damián se hizo presente regalando unas cuantas interpretaciones de las costumbres de su terruño.

Con ustedes el violinista de Ishua…


Máximo Damián #SigueSiendo

Máximo Damián, ¡no has vivido en vano!