Ayer empezó en Ginebra el camino hacia la COP21, que se llevará a cabo en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Los negociadores se reunirán hasta el 13 de febrero para dar forma al acuerdo climático global que deberá firmarse a finales de año.

En la apertura de la sesión plenaria, Manuel Pulgar Vidal, ministro de Medio Ambiente del Perú y presidente de la aún COP 20 de Lima, hizo un llamado para que durante esta semana las partes implicadas trabajen como un solo equipo. "Cada día tiene que ser un éxito, en el que se alcance un hito, tenemos que cumplir con esa responsabilidad. Cada actor persigue el mismo objetivo, somos parte del mismo equipo, no se trata de que compitamos entre nosotros», aseguró.

Como se recuerda, el texto elaborado cuenta con 38 páginas (sin contar anexos) en las que casi todos los párrafos poseen varias opciones. Uno de esos párrafos, introducido a petición del bloque negociador AOSIS (Alianza de Pequeñas Islas Estado), hace referencia a que los países se comprometan en París a un mundo libre de emisiones de combustibles fósiles en el 2050.

El actual borrador contiene alrededor de 2,000 líneas cargadas de propuestas sobre distintas temáticas, como impuestos sobre el carbono, los presupuestos y metas de cero emisiones que deberán limarse y redactarse de manera que todos los Estados estén de acuerdo con el contenido.

Entre los pendientes que tienen ante sí los negociadores hay que definir cómo se compartirá la carga de las reducciones de carbono entre los países desarrollados y en desarrollo en el nuevo acuerdo que deberá ser vinculante para todos. Asimismo, se deberá concretar cómo garantizarán las naciones industrializadas la financiación comprometida para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y también está por decidirse tanto la naturaleza del acuerdo como la diferenciación, esto es, si habrá países Anexo 1 y otros, y los ciclos de contribuciones.

Si bien es cierto que el acuerdo de París no entrará en vigor hasta el 2020, los negociadores tratarán de incluir referencias para aumentar la acción climática hasta esa fecha.

“Estamos en la recta final para conseguir el acuerdo mundial sobre cambio climático que sea lo suficientemente fuerte como para cambiar la trayectoria actual. Los científicos nos dicen que las emisiones globales deben llegar al máximo y disminuir en la próxima década para evitar un cambio climático fuera de control. Ninguno de nosotros, incluyendo a los negociadores, puede permitirse el lujo de continuar dilatando la acción”, explicó por su parte Samantha Smith, líder de la iniciativa global de WWF sobre clima y energía.

Las materias en las que se prevé aumentar las acciones de los países antes del 2020 tienen que ver sobre todo con las energías renovables, la eficiencia energética, el urbanismo y el uso de la tierra.

“La reunión de Ginebra es una oportunidad clave para que los países negocien las opciones del borrador de Lima para lograr reducirlas buscando un terreno común”, señaló Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Figueres reconoció que en esta primera toma de contacto será complicado limar las principales asperezas emergidas en Lima como el hecho de continuar o no con la diferenciación existente hasta ahora en este proceso entre países desarrollados y en desarrollo (en base a una división hecha en 1992, cuando las circunstancias eran bien diferentes) o la forma legal que adoptará el acuerdo de París.

Por su parte, Laurence Tubiana, embajadora para el Cambio Climático de Francia, indicó que "estos compromisos serán una primera etapa y se limitarán al 2025 o al 2030, razón por la que habrá un punto esencial en la negociación: establecer un procedimiento de revisión y progresión de los compromisos para años venideros, si se quiere lograr mantener el aumento de la temperatura planetaria por debajo de los 2 ºC".


La posición de AILAC

Para la Alianza Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), a la que pertenece el Perú, el acuerdo debe contener un balance político entre adaptación y mitigación, incrementar los medios de implementación para la acción climática, así como la definición de reglas de reporte, contabilidad, seguimiento y revisión de los compromisos de reducción de emisiones para asegurar la integridad ambiental del régimen climático


(Foto portada: campaigncc.org)