Este año se celebran 100 años desde la fundación de Technicolor, empresa sin la cual el cine como lo conocemos hoy no sería posible. En 1915, un grupo de ingenieros egresado del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) se reunieron para crear una cámara que pudiese filmar a color. A partir de 1921, algunos filmes cortos y secciones breves de películas se produjeron con la primera cámara de Technicolor, que filmaba en dos negativos: uno verde y otro rojo, que luego eran pegados para reproducirlos.

El resultado eran imágenes con gamas de verde y rojo (dando vitalidad a los rostros y las plantas), pero sin azules ni amarillos. Así, los cielos solían salir verdes. Sin embargo, era un gran cambio respecto al cine en blanco y negro, y se utilizaba en algunas escenas para resaltar la vitalidad.

Al ser un proceso muy costoso y que tendía a fallar en las proyecciones (la proyección de la primera película completamente filmada a color, The Black Pirate, fue un desastre), Technicolor diseñó la técnica de transferencia de tinta, cuyo resultado eran cintas que se podían reproducir en cualquier proyector estándar. Este método de teñido se utilizó por más de 50 años tanto en Hollywood como en Inglaterra e Italia, donde Technicolor también tenía plantas de producción.

Sintiendo la necesidad de desarrollar un método de filmación a todo color, los fundadores –e inventores– de Technicolor decidieron retirarse una vez más al laboratorio para elaborar una nueva cámara que fuese más eficiente –y tuviese todos los colores–.

En 1932, sacaron a la venta la cámara de tres tiras, que filmaba sobre tres negativos en simultáneo. Para utilizarla, Technicolor proveía no solo la cámara, sino un equipo completo de técnicos y un asesor de color que indicaba el tipo de colores que correspondía usar, dependiendo de las emociones que se quisieran transmitir.

En 1935, Robert Edmond Jones escribía en el New York Times:

La promesa que el color les hace a los productores de cine es que sus películas (en las manos adecuadas) podrían ser no solo más hermosas sino incomparablemente más poderosas que antes.


Sin embargo, la invención de la cámara de tres tiras no fue tan durable como la de la técnica de transferencia de tinta, y a mediados de la década de 1950 Technicolor se vio socavado por la competencia, que había diseñado equipos más pequeños y más fáciles de usar. 

El nuevo invento para revitalizar la empresa fue el Technirama, una cámara a color que filmaba en horizontal en vez de en vertical, dando más posibilidades panorámicas a la composición.

El Technirama fue utilizado para grandes épicas históricas como Spartacus, de Stanley Kubrick, y, más adelante, para los efectos especiales de películas como Star Wars.

A partir de la década de 1980, Technicolor se concentró en las técnicas de reproducción casera, apostando a medios como el VHS, el CD y el Blu-Ray. Además, se mantuvo activo en la invención de métodos para la impresión y proyección cinematográfica.

Este año, el museo George Eastman House, en Nueva York, conmemora los 100 años de la fundación de Technicolor con una página sobre su historia, una exposición y un ciclo de cine.

Estas son algunas de las películas con Colores por Technicolor que se reproducirán en Estados Unidos y Europa, y que puedes ver, aunque solo en inglés –el punto es apreciar la cinematografía–, online:


The Adventures of Robin Hood. 1938, Estados Unidos. Dirigida por Michael Curtiz y William Keighley.


The African Queen. 1951, Estados Unidos. Dirigida por John Huston.


The Red Shoes. 1948, Reino Unido. Dirigida por Michael Powell y Emeric Pressburger.


Spartacus. 1960, Estados Unidos. Dirigida por Stanley Kubrick.



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