Las máquinas de escribir fueron por muchos años el símbolo de una pasión. Ya sea en el periodismo o en la literatura, esta tecnología hoy plenamente caduca —la verdad sea dicha— fue concebida a veces como una criatura que debía ser domada con destreza, a veces como la mecánica extensión de las manos, y otras veces más como un arma resonante. Sin duda, en todos los casos, las máquinas de escribir eran algo más que una mera herramienta de trabajo. En la siguiente selección de imágenes, realizada originalmente por el diario The Guardian, nos encontraremos con narradores y poetas de ambos lados del Atlántico, cuyas carreras se desplegaron a través del siglo XX. No sería una exageración afirmar que en estos retratos, donde aparecen acompañados por sus máquinas, ellos se dejan ver en situaciones que se apartan por completo de la pose esforzada, casi como si no les importara la presencia de la cámara. ¿Acaso tendrá algo que ver la presencia de sus máquinas? Probablemente.


william faulkner

vladimir nabokov

george orwell

sylvia plath

william burroughs

francoise sagan

philip roth

susan sontag

ian mcewan

hunter thompson


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