"Argentina es una locura". Recuerdo que la revista 'El Gráfico' llevaba esa leyenda en un titular, quizá de 1986, en alusión al campeonato del mundo obtenido por la albiceleteste de Maradona. Casi treinta años después, esa misma frase podría ir en la portada de 'El Clarín' o 'La Nación'. 

Hace unos días, el juez federal Alberto Nisman acusó a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, de encubrir a los responsables del atentado terrorista a la AMIA a cambio de favores geopolíticos y comerciales de la República Islámica de Irán. Horas después, Nisman apareció muerto en su departamento de Puerto Madero. 

En medio de la histeria y la sensación de que Argentina es gobernada por una patota de delincuentes, el periodista Jorge Lanata divulgó una serie de escuchas teléfonicas donde se afirma la existencia de una especie de "embajada paralela", a través de la cual Cristina negociaba la impunidad de los prófugos y responsables del terrible atentado terrorista de 1994.

Los interlocutores de los audios son dos personajes salidos de los tablones donde se esconden los hinchas más violentos del fútbol argentino. Y como veremos adelante, mientras gestionan la política exterior argentina, y funcionan como conexión clandestina entre Buenos Aires y Teherán, también –y a cambio de pagos en dólares– movilizan a barras bravas en favor del gobierno kirchnerista y sus socios bolivarianos.   

EL BARRA BRAVA DE CRISTINA

El primero de los interlocutores es, según propia confesión, un "soldado de Cristina". Se trata de Luis Ángel D'Elia, polémico dirigente piquetero y con viejos lazos con el peronismo. Ha sido investigado y procesado por extorsión, estafa y discriminación contra la comunidad judía de Argentina. Figura recurrente en la radio y la televisión, sus declaraciones públicas incluyen el negar la existencia del holocausto judío y ladridos clasistas como: "odio a la puta oligarquía, odio a los blancos". 

En el 2011 fue duramente criticado por encontrarse en Teherán y tomarse fotos fraternales con Moshen Rabbani, el iraní sindicado por Nisman como uno de los autores intelectuales del atentando a la AMIA, prófugo de la justicia argentina y en la lista roja de Interpol. 

En el pasado, D'elia se ha peleado públicamente con Lanata, con Tinelli y hasta con Mirtha Legrand. Se autodefine como "negro, peronista y de Laferrere". Laferrere es el barrio popular en el sector de La Matanza donde Luisito dice pasar sus días desde hace treinta años y desde donde, con hábil histrionismo porteño, juega la carta del populismo más barato en contra de los opositores del kirchnerismo. 

Como muestra, va este imperdible clip del programa "Intratables", en donde D'elia llega al borde de las lágrimas –y el infarto– acusando al político de oposición Sergio Massa de ser responsable del narcotráfico en Argentina. El clímax llega cuando el piquetero termina pidiendo "¡amor, amor y amor!" y un shot de insulina.

EL HINCHA DE ALL BOYS

El otro interlocutor de las escuchas y de esta historia se llama Jorge Alejandro 'Yusuf' Khalil y es secretario general de la Mezquita At Tahuid en el barrio bonaerense de Floresta. Nisman dice en su denuncia que se trata de un agente del gobierno iraní con línea directa a Teherán y encargado de gestionar la impunidad de los responsables del atentado en la AMIA. Los audios divulgados por Lanata confirman esta hipótesis. 

Cuando no está en la mezquita, ni conspirando para esconder a terroristas, a Yusuf se le ve en las tribunas de la cancha del club All Boys, del cual –como vecino de Floresta– es hincha confeso. All Boys, que juega en la Nacional "B" argentina, tiene un historial peculiar: su barra brava ha sido sancionada en el pasado por hacer alusiones al holocausto judío y por entonar cánticos antisemitas cuando se enfrentan al club Atlanta, institución que históricamente ha sido identificada con la comunidad judía de argentina y que tiene su sede en el barrio de Villa Crespo. 

La hinchada de All Boys también ha participado en eventos y manifestaciones en favor de Palestina y no es extraño ver banderas de ese país árabe en la popular cuando juega el equipo de Floresta. Desde ahí alguna vez han copiado el cántico de Chacarita Juniors, cuya barra brava también es conocida por su antisemitismo: 

"Ya llegamos por el callejón/matando judíos para hacer jabón" 

LA CONVERSACIÓN

Los audios divulgados por Lanata dan cuenta de una confabulación criminal, una vía diplomática alterna a la oficial, donde Buenos Aires (a través de D'elia) y Teherán (con Yusuf de emisario) negocian el reestablecimiento de relaciones políticas y comerciales entre ambos países.

Al mismo tiempo, el piquetero de Laferrere y el hincha antisemita de All Boys se daban tiempo de ocuparse de asuntos internos. Así, en un audio que corresponde a mayo del 2013, ambos conversan sobre el éxito que había resultado un mitín en homenaje a Hugo Chávez, en donde el invitado especial fue el presidente de Venezuela Nicolás Maduro. Para asegurarse que dicho evento contara con todos los ingredientes, la barra brava del querido All Boys de Yusuf recibió 25 mil dólares:

"D'Elía: "Holaaa. ¿Cómo te fue en Irán?".

Khalil: "Bien, muy bien. ¿Cómo estuvo el acto en All Boys?".

D'Elía: "Hasta las bolas".

Khalil: "¿Los pibes de la hinchada acompañaron?".

D'Elía: "Sí, les tiré unos manguetes. 25 lucas les tiré".

Khalil: "¿Se portaron bien?".

D'Elía: "De primera".

Así, y gracias a los "25 mil manguetes" que generosamente les agenció el piquetero D'elia, los chicos de All Boys y otros más que fueron trasladados en micros al lugar, cantaron por la revolución bolivariana, por Chávez, Maduro y Cristina y por el kirchnerismo que está haciendo jabón de Argentina. 

Algunas imágenes del evento: