¿Jaque al fracking? Mientras el precio del barril de petróleo se mantuvo de manera sostenida por encima de los US$100, ello permitió hacer comercialmente rentables la explotación de yacimientos con nuevas técnicas (fracking) y en nuevas áreas (aguas ultraprofundas). Sin embargo, la caída del precio pondría en aprietos el futuro de los fenómenos que transformarán el sector global.
Los analistas coinciden en que las causas del desplome de los precios del crudo son una demanda que ya no crece al ritmo esperado por el temor a una tercera recesión en Europa y del enfriamiento de la economía china; un escenario de sobreoferta por el aumento de la producción de petróleo no convencional en EEUU (que a la vez le permite reducir sus importaciones), y por la constatación de que la inestabilidad tanto en Oriente Medio como en el Norte de África no se está traduciendo en una menor producción.
El fracking genera críticas de parte de organizaciones medioambientales, quienes alertan sobre la gran cantidad de agua que se necesita para fracturar las rocas, la generación de gases tóxicos en medio de las faenas y que los químicos utilizados junto con el agua puedan contaminar los acuíferos.
Incluso US Energy Information Administration (EIA), que aún se mostraba optimista respecto a la resistencia del fracking al desplome del petróleo, comienza a mostrar las primeras señales de debilidad. La agencia energética reconoce que el crudo en torno a los US$48 obliga a reducir el número de perforaciones para extraer petróleo del subsuelo.
En su último informe, la agencia explica que "el fuerte descenso de los precios del petróleo tiene un efecto significante en la actividad perforadora en EEUU, los últimos datos muestran un descenso del 16% de los equipos de perforación en tierra activos".
"Los precios del petróleo podrían caer adicionalmente y un rebote podría tomar algún tiempo, a pesar de las señales de que la tendencia a la baja terminará, posiblemente en el segundo semestre de este año", informó la semana pasada.
EEUU es uno de los países que está llevando adelante con más fuerza el fracking, lo que explica la progresiva autonomía energética que estaría alcanzando la principal potencia. Y para algunos especialistas, otro de los objetivos que Arabia Saudita busca con la rebaja de precios es desincentivar el uso del fracking para obtener combustible.
De hecho, la creciente incertidumbre que rodea al futuro del precio del petróleo presenta el mayor reto para la industria petrolera en EEUU. Desde la EIA se prevé que las plataformas de extracción operativas sobre tierra se reducirán hasta octubre del 2015 en un 24%, para volver a crecer de una forma sostenida a partir de noviembre.
Estos datos son negativos, pero tienen parte de su explicación en la gran cantidad de perforaciones que se iniciaron durante los meses del 2014 en los que el crudo se encontraba por encima de los US$100 el barril. Ahora, según la EIA existe una importante 'reserva' de perforaciones realizadas y algunas que aún están por terminar que junto a la caída del precio del crudo van a detener en seco las nuevas perforaciones y algunos de los pozos ya existentes.
Mientras tanto, decenas de pequeños productores de petróleo de EEUU se enfrentan también al desplome de los precios del crudo con la difícil elección de cerrar pozos viejos de alto costo o seguir invirtiendo dinero con la esperanza de capear la crisis. Ahora, con el crudo en torno a US$46 el barril, los operadores ya están cerrando algunos pozos pequeños y antiguos.
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