En los últimos años (y con justicia) la obra poética de Eduardo Chirinos (Lima,1960) ha sido revalorada tanto por la crítica especializada como por los lectores, y hoy es uno de los escritores peruanos en actividad más reconocidos tanto localmente como en la escena internacional.

Chirinos comenzó su itinerario poético a los 21 años, con la publicación de Cuadernos de Horacio Morell. Después viajaría a España gracias a una beca de la Cooperación Iberoamérica. A diferencia de otros vates que prefieren tomarse largos períodos sin publicar, Chirinos no ha cesado desde entonces de entregarnos títulos como, entre otros, Sermón sobre la muerte (1986), El libro de los encuentros (1988), Recuerda, Cuerpo…(1991), Abecedario del Agua (2000), Breve historia de la música (Premio Casa de América de Poesía, 2001), No tengo ruiseñores en el dedo (2006), y Mientras el lobo está, con el que obtuvo el XII Premio Internacional de Poesía Generación del 27.

En Lima por una temporada (el poeta es catedrático de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Montana en Missoula, Estados Unidos, donde reside), recientemente dictó el Taller de lecturas para jóvenes poetas en la Casa de la Literatura Peruana, donde expuso sobre diferentes aspectos de la creación poética.

Ahora, la editorial Mesa Redonda anuncia la presentación, para este lunes 19 (7:00 p.m.), de su más reciente producción: Medicinas para quebrantamientos del halcón, un libro que ya fue publicado en España por la editorial Pre-Textos y donde la enfermedad y los recuerdos personales son piezas primordiales. El encuentro será en la Librería café del Fondo de Cultura Económica (Calle Esperanza 275, Miraflores).

Esta última publicación de Chirinos ha generado numerosos elogios. Por ejemplo, Carlos Alcorta ha señalado que estamos ante un proyecto literario “de gran envergadura en el que la precognición del desarraigo y la violencia que tal estado aplica sobre el individuo son asimilados y encauzados por el proscrito hasta convertirlos en pretexto para la recapitulación y el autoconocimiento”. Por su parte, Inmaculada Lergo recuerda la conexión entre el poeta y Pero López de Ayala (Chirinos se inspira en su Libro de la caza de las aves): mientras el primero fue presa de la enfermedad, el segundo estuvo capturado dos años por el ejército portugués. Sobre los poemas que forman el libro, la periodista señala: “Medicinas para quebrantamientos de halcón está escrito fundamentalmente de silencios, todos los silencios de la vida y de la muerte, del estupor, del amor y del dolor, de los recuerdos… están instalados entre cada una de sus letras, en cada verso, en cada estrofa, en cada página… y caen sobre el lector mansamente como copos de nieve, deshaciéndose al contacto de nuestro calor".

En agosto del año pasado, LaMula.pe tuvo una larga conversación con el escritor. En aquella oportunidad, Chirinos nos dejó importantes reflexiones sobre su vida y el quehacer poético, y también sobre este libro suyo, que se cuenta entre sus producciones más intensamente personales (puedes leer algunos poemas de Medicinas para quebrantamientos del halcón aquí).

Estos son algunos fragmentos de lo que nos dijo entonces.

[Foto de portada: Ana Cabrera]

Los inicios en la poesía
"Cuando empecé a leer y a escribir poesía […] tenía una gran conciencia del enorme peso de la tradición poética peruana: admiraba a Vallejo, a Eguren, a Westphalen, a Moro, a Eielson y saberlos cercanos me generaba orgullo, pero también un poco de ansiedad. […] La dispersión discursiva que hubo en la década de los ochenta (y que se manifiesta en el hecho de que los lenguajes poéticos de, pongamos por caso, Roger Santiváñez, Jorge Frisancho, Domingo de Ramos o Rosella di Paolo sean tan distintos) es correlativa a la dispersión social que vivía el Perú en esa época, lo que hizo que cada uno tomara caminos distintos. Pero bueno, el tiempo se encargará de evaluar qué pasará con el fragmento de tradición al que pertenecemos".

foto: luzdelimbo.blogspot

Sobre su ensayo 'La morada del silencio'
"Solemos creer que el poema es un objeto destinado al goce intelectual y afectivo pero, olvidamos su condición material, el cuerpo en el que se inscribe, y ese cuerpo es el papel (o cualquier material en el que elijamos inscribir los signos). Incluso en el poema oral, las palabras se inscriben en un silencio sin el cual no podrían recortarse. Creer que el silencio desaparece cuando aparece el poema es creer que el papel desaparece cuando escribimos o cuando leemos, y la materia siempre insiste. […] Cuando leemos un poema, el papel insiste, el pocillo de tinta insiste, el cartón insiste, la pared en la que dibujamos los graffitis insisten; insiste el silencio, el silencio no desaparece".

La enfermedad: un inquilino no esperado en el cuerpo
"¿Cómo hablar de la enfermedad —que es lo que más te afecta en términos emocionales y culturales—, sin chantajearte a ti mismo, a tu lector, a tu familia? La solución, como siempre, no fue voluntaria ni siquiera meditada: estando aquí, en cama, alejado de mi esposa, sin fuerzas para levantarme, con todo el tiempo del mundo para trabajar pero sin la disponibilidad física para hacerlo, empecé a escribir en los huecos que tenía. Empecé a escribir, por ejemplo, cuentos para niños donde el personaje era una niña de doce años que narra su primer viaje a las líneas de Nasca, o un niño de siete a quien no le gustaban los libros".
'Medicina para quebrantamientos del halcón'
[El título del libro] Viene del último capítulo del Libro de la caza de las aves, un libro medieval español de Pero López de Ayala. ¿Quién fue Pero López de Ayala? Es un noble español que participó en el cerco de Lisboa, en la guerra entre España y Portugal. En este cerco López de Ayala fue tomado prisionero y conducido a una cárcel en las afueras de Lisboa. Este tipo, en vez de escribir (porque él era un escritor) sobre su circunstancia como prisionero –estuvo tres años prisionero mientras esperaba que viniera el rescate desde Madrid– escribe un libro maravilloso, un tratado de cetrería. […] Lo que nos unía era sobre todo el último capítulo del libro, que trata sobre las enfermedades del halcón y las medicinas necesarias para curarlo. Esa parte es una maravilla y se llama precisamente ‘Medicinas para quebrantamientos del Halcón’ que es el título de mi libro y es el título del último poema”.


foto: facebook editorial mesa redonda

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