El fotógrafo peruano Paccarik Orue se mudó a Miami a los 17 años. El 2014, ya siendo un fotógrafo profesional, Orue volvió a Perú para reconocer su lugar de origen. El producto principal de ese viaje es la serie El Muqui, en la que retrata la ciudad de Cerro de Pasco y sus alrededores, carcomidos por la actividad minera.
Habiendo vivido 10 años sin los papeles en regla en Estados Unidos, Orue dice que su trabajo "se trata de ver los aspectos positivos en circunstancias difíciles". Y es que Cerro de Pasco es una ciudad sin futuro: sus 80.000 habitantes viven en una especie de permanente campamento mientras el tajo minero se extiende y arrasa con todo lo que encuentra a su paso.
En 2008, el Congreso peruano aprobó una ley para la reubicación de la ciudad de Cerro de Pasco, pero –poco sorprendentemente– la ley no incluía ningún plan para llevar a cabo tal reubicación.
A continuación, algunas de las fotos de Orue, junto con su manifiesto artístico. Puedes ver la colección completa y el manifiesto en inglés aquí.
Cerro de Pasco es una ciudad histórica de 80.000 habitantes en los Andes peruanos, situada encima de una de las mayores fuentes de ingreso del gobierno peruano: depósitos minerales. Debido a los intereses económicos y la expansión de la mina, la ciudad está destinada a desaparecer. Mi serie El Muqui narra una historia de vidas cotidianas y preocupaciones ambientales combinada con elementos como el folklore local y las tradiciones culturales.
El Muqui es un personaje folklórico en las minas andinas que es altamente respetado, incluso temido por los mineros, y tiene un código moral fuerte. Los relatos populares hablan de cómo es consciente de las acciones y deseos de los mineros, pero también juguetón con los niños. El Muqui es el centro de muchas de las celebraciones y tradiciones en Cerro de Pasco.
Este es un proyecto importante para mí porque, después de vivir en los Estados Unidos la mitad de mi vida, sentí que era esencial encontrarme a mí mismo y reconectarme con mis raíces y herencia peruanas. El Muqui también me da la oportunidad de seguir haciendo trabajo de relevancia social y de darle a la gente, como a los habitantes de Cerro de Pasco, una voz que no tiene. Mientras la actividad minera crece, el gobierno peruano planea trasladar la ciudad, así que este proyecto documenta una ciudad que dejará de existir como es ahora.
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