Esta redacción no quiere sonar moralista, pero siempre hay límites que respetar. El ministro Daniel Urresti tiene actitudes que no se le puede permitir a un funcionario de Estado de alto rango, incluso por una cuestión de formas: hay que saber expresarse, mantener la calma y no andar rebotando memes y usando la ironía defensiva e insultante para rechazar la critica. A veces, Urresti aparece como el típico niño de colegio que hace berrinche y patea el tablero cuando escucha algo que no quiere. 

Pero hay una idea de fondo más preocupante: ¿Qué denotan los 'tuits' del ministro? ¿Qué transtornos sociales de los peruanos podría encarnar el señor Urresti? Lo importante no es que el ministro se enfrente a Alan García diciéndole 'sacavueltero' o 'Sr del ego' (políticamente, esa actitud confrontacional le está danto puntos), sino que sus continuas pasadas de raya nos permiten leer una mentalidad que menosprecia la libertad de expresión y el rol del periodista en la democracia


Nº 1 - SOBRE LOS ADJETIVOS

En este 'tuit' se observa una actitud de confrontación. La premisa del ministro es clara: mientras más ataques ofensivos obtiene, mayor aceptación tendrá bajo la justificación de "me enfrento a ellos". Sin embargo, la realidad es que la adjetivación, el insulto, incita a la enemistad, el combate, y un ministro no puede incitar las diferencias de esa manera. Al menos, no todo el tiempo. El debate es importante. No la pelea del barrio.


Nº 2 - SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Al llamar "Dioses, diosas y dueños de la verdad" a los periodistas, Urresti no solo está degradando la profesión de miles con sarcasmo barato, sino que está atacando directamente al ejercicio de la opinión, que es un derecho fundamental: la frase "licencia para insultar" denota que el funcionario no soporta la criticas, que está todo el tiempo a la defensiva cuando le dicen algo que no quiere escuchar. El fondo: para Urresti, la libertad de expresión es un conjunto de insultos. 


Nº 3 - SOBRE LOS INSULTOS

El tema aquí es su actitud matonesca. El hecho de que se enfrente al diario El Comercio no lo vuelve un héroe ni mucho menos, aunque él piense que enfrentándose a los poderes fácticos más fuertes del país le hace bien a su gestión y a la política peruana. Falso. El 'tuit' Nº3 denota que Urresti anda preocupado por el qué dirán, el chismorreo político, la pelea en el Twitter, de la aceptación en el periódico de fin de mes. Este 'tuit' nos demuestra que la batalla política es su preocupación. 


Nº 4 - MISOGINIA

La homofobia y misoginia chorrean de los 'tuits' del ministro. Este 'tuit' podría pasar a la historia como un ejemplo de la forma en que el político peruano muchas veces no representa soluciones, sino un problema muy grave en el seno del Estado. En el 'tuit' el ministro asocia a lo melodramático como una conducta de inherente a una actriz; es decir, una mujer para el ministro es melodramática y peor aún: una actriz -trabajadora de la ficción- es melodramática por el hecho de ser mujer. Aquí, en simple, les dice a las mujeres: actrices, melodramáticas; y en el caso específico de la periodista: una mentirosa. 


N º 5 - OFENSAS QUE HUMILLAN

Este apartado merecería un post entero, porque un ministro no puede sobrepasarse de esta manera y hacer referencia a un problema de "salud mental" para insultar y humillar a un congresista. Cuando el ministro se siente atacado dice que él "habla coloquial", pero el lenguaje popular es una cosa y otra mucho más grave hacer referirse a una enfermedad para insultar a un enemigo. Esto no es debate ni mucho menos, son insultos de esquina que contaminan aun más a la política peruana. 
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