El día siete de enero de 1950, al terminar esta composición, Chabuca Granda, sin saberlo, se hizo inmortal. Pues no es éste sólo uno de los valses más representativos de nuestro criollismo - como nos plantea la institucionalidad- lo es de la música del país, y con justicia, del mundo, que la considera suya.

Aunque ya se hablaba de ello desde los años sesenta, fue recién a mediados de la década del ochenta que la industria y los medios bautizaron una tendencia de la música como world music, agrupando bajo esta etiqueta muchos estilos diferentes de todo el mundo, incluyendo la música tradicional, la considerada –y discutida- música neo-tradicional y aquella en la que más de una tradición cultural se entremezcla. Pues bien, estudiosos de la música consideran a Chabuca Granda -fallecida en 1983- como una de las pioneras de la world music.

Se ha escrito e investigado mucho sobre el origen de la canción “La flor de la canela”. Aunque creo que de alguna manera, Chabuca Granda empezó a gestarla e imaginarla incluso desde niña, hay una fuente periodística que dio a conocer su inspiración consciente original:

“En 1955 al borde de una nueva celebración del día de la canción criolla, la señora Doris Gibson, directora de ‘Caretas’ congregó en una fiesta inolvidable a un grupo de sus amigos” refiere el colega Jorge Donayre B. en“Canción Criolla. Antología de la música peruana. Tomo I” (1987, Latina S.A.).

Donayre escribe que en esa ocasión Chabuca Granda reveló a algunos de los invitados que ‘La flor de la canela’ no era un personaje de su fantasía:

“Allí contó -déjame que te cuente- que su valse que ya era famoso se había inspirado en un ser real y viviente. En una joven morena de abajo el puente a la que conoció cuando ella era niña, ya ahora viuda, que se llamaba Victoria Angulo y que había sido con los suyos, antiguos amigos de los Granda-Larco”.

Luego de esa importante develación Chabuca llevó a la casa de Victoria Angulo a periodistas y un fotógrafo. Para entonces, la canción ya era muy popular, por la segunda versión que se hizo de ella, en 1954, a cargo de Los Chamas.

Sin embargo, la temática de la canción había estado en el imaginario de Granda desde años antes que se compusiera . “El nombre ‘La flor de la canela’ ya era una expresión conocida -y de moda- dentro del cancionero criollo, justamente a fines de los cuarenta y comienzos de los cincuenta, según refiere el investigador Marco Aurelio Denegri en una edición de su programa de TV del año 2013.

Por otro lado, Chabuca misma dijo en una entrevista para la revista “Gente” –recuperada en una investigación de archivo del blog Nemovalse- que la escribió inspirada en una expresión escuchada al maestro Raúl Porras Barrenechea, que la había usado en una conferencia; la expresión se fijaría, años después, en una publicación de 1953: su discurso “El río, el puente y la alameda”.

“‘La flor de la canela’ fue completada el 7 de enero de 1950, por lo que según todas las fuentes –incluso de la misma hija de Chabuca, Teresa Fuller-, sus dos primeras estrofas debieron haber sido compuestas en 1949.

"Chabuca Granda dedicó y cantó ‘La flor de la canela’ por primera vez a Victoria Angulo cuando ella cumplió 59 años, el 21 de Julio de 1950”, sostiene el estudioso de nuestra canción criolla Pepe Ladd.

El vals fue grabado y estrenado por el trío Los Morochucos, amigos personales de Chabuca; lo editó la disquera Sono Radio en el invierno de 1953. “Sugerimos que el largo período transcurrido entre la fecha de creación y la de su grabación por el trío Los Morochucos, integrado por Augusto Ego-Aguirre, Alejandro Cortez y Oscar Avilés, fue debido a diversas modificaciones de la melodía y/o arreglo musical del tema” anota Ladd.

Concluimos así que Chabuca Granda fue haciendo la canción que hoy conmemoramos a la par de sus vivencias y la contemplación inspirada de su entorno, y, sólo luego de ello, con el respaldo intelectual que tomó de Porras Barrenechea para dar forma a la flor que hoy cumple 65 años y que nunca se marchitará.