El prófugo Martín Belaunde Lossio debió presentarse ayer ante la Comisión Nacional del Refugiado (Conare) de Bolivia para sustentar su pedido de refugio, pero no asistió. Ante ello, y tras la entrevista que concedió en Lima el presidente Ollanta Humala, en la que señaló que espera su deportación, surgió un fuerte rumor –propalado por el diario La Prensa– según el cual un funcionario de Conare habría adelantado que se buscaría un tercer país para el exasesor de campaña humalista.

Este pedido –afirma el diario– fue hecho en la reunión que sostuvieron ayer representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores, Gobierno y Justicia, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica en el país. Sin embargo, hoy, un vocero de Conare afirmó a un corresponsal de RPP que ningún miembro de la comisión lo ha solicitado, más aun porque no tienen esa potestad.

Según La Prensa, la solicitud de refugio fue ratificada y registrada ayer, y la Conare deberá responder en un plazo de 120 días, tiempo durante el que Belaunde no puede ser expulsado ni extraditado de Bolivia.

Si el pedido fuera denegado, el solicitante tendrá 15 días hábiles para apelar y la respuesta también se debe entregar en el mismo plazo. En caso de ser rechazada la apelación, recién el solicitante deberá abandonar el país en un plazo de máximo 30 días y buscar un tercer país.


¿No hay delito en Bolivia?

El prófugo peruano ingresó a Bolivia el 1 de diciembre pasado. El presidente Evo Morales afirmó el domingo que si el prófugo peruano lo hizo de forma ilegal correspondía su captura. Sin embargo, aunque Belaunde ingresó a Bolivia de manera ilegal (su última salida fue el 27 de enero de 2014, y nunca más se registró un entrada oficial a ese país), fuentes de la Dirección de Migración consultadas por La Prensa señalaron que la irregularidad que cometió el empresario peruano no es un delito y de acuerdo con la Ley de Migración 370, su situación puede regularizarse. La norma indica que las sanciones o infracciones no se aplican a refugiados o solicitantes de refugio, lo que no viabiliza su extradición u otro pedido en tanto la Conare no resuelva el caso.

Fuentes políticas señalaron que hay buenas posibilidades de que el empresario goce de refugio en el país por la relación diplomática que hay entre ambos países, empero que esa misma relación obliga a Bolivia devolver a Belaunde a su país de origen si un juez boliviano da visto bueno a la extradición exigida por Perú.

El tiempo es un gran aliado de Belaunde, quien ahora cuenta con un buffette de abogados bolivianos y seguramente lo asesorarán de manera tal que pueda evitar la extradición. De hecho, el pedido de refugio es por supuestamente ser perseguido 'por sus ideales'. Así, lo dicho por el canciller boliviano, David Choquehuanca, y la ministra de Justicia, Sandra Gutiérrez, de que los corruptos no serán protegidos en su país, no se aplicaría al prófugo. Una buena jugada, que en opinión de algunos analistas, no sería posible sin cierta colaboración de autoridades de ambos países. No en vano, ayer no se conocía la existencia de una citación oficial de parte de la Conare.

La novela 'El sueño boliviano' tiene para rato. Y la prensa boliviana, de momento no está muy interesada en el tema, mucho menos enterada de los motivos reales por los que la justicia peruana busca a Belaunde Lossio.