Ayer, 31 de diciembre, Rubén Blades publicó en su página oficial un comunicado en el que relata cómo, en marzo de 2014, conoció a su hijo de 39 años. El hijo, llamado Joseph Verne, había hecho pública su creencia de ser hijo de Blades, pero el músico y político panameño no creyó que fuese cierto.
La convicción de Joseph resultó ser verdad y yo, desde luego, estaba equivocado al haber considerado que no existía esa posibilidad.
A fines de 2013, el padre de Blades recibió una notificación que mostraba que un pariente había realizado la prueba de consanguinidad con Verne, y era probable que fuese cierto que estuviesen relacionados. Después de esto, Blades realizó las gestiones para hacerse la prueba de ADN.
El contacto que tenemos y que hemos ido aumentando tanto en tiempo como en intensidad nos ha llevado a considerar con regocijo las nuevas posibilidades que nos ofrece este súbito giro en nuestras vidas.
El resultado fue positivo, y ahora Rubén Blades tiene un hijo y una nieta. El tono del comunicado es alegre ante el descubrimiento, aunque muestra cierta preocupación por el tratamiento que los medios le puedan dar a la información. También incluye algunas fotografías de la familia por primera vez reunida.
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