Hoy, el ministro del Interior Daniel Urresti intervino una exhibición de arte organizada por familiares de presos por terrorismo en el centro de Lima, en la que se presenta al público cuadros y trabajos artesanales producidos en los penales. La intervención de Urresti devino pronto en un griterío y un enfrentamiento a voces con Manuel Fajardo, dirigente de Movadef y abogado de Abimael Guzmán. 

Este es uno de los varios videos que están circulando en las redes sociales, capturado por Gerardo Lipe. Vale la pena verlo completo.

En el video queda bastante claro que quien inició la trifulca fue Urresti, interrumpiendo la conferencia de prensa de Fajardo. Y queda claro también que el Ministro llegó con la intención de hacer precisamente eso: "Carajo, déjenme que yo sé lo que hago" le respondió a uno de sus acompañantes cuando este intentó sacarlo de la situación.

Urresti ha explicado después que su intención fue ilustrar a la ciudadanía, en especial a los jóvenes, sobre el peligro de una reconstitución de Sendero Luminoso y un retorno del terrorismo:

“Lo que estoy haciendo es venir a explicar a la ciudadanía lo que hemos hecho. También hemos trabajado con los procuradores para que la fiscalía pueda intervenir, porque la apología ya no es delito. Las leyes permiten que sucedan estas cosas. Si yo cierro la galería me meten preso. Lo que he hecho es venir a ver, la exposición es libre. Para mí esto es apología”

dice el ministro en declaraciones que recoge La República.

Ahí hay un error, por cierto: la apología del terrorismo sí es delito; lo que debería estar en discusión, en todo caso, es si esa exposición de arte incurre en él. Y no lo hace, aunque el Ministro opine lo contrario: por eso no la cerró y tuvo que retirarse nomás después de su performance. (La exposición ha cerrado esta misma tarde unas horas antes de la que debía ser su clausura oficial, por decisión de sus organizadores). 

Pero en todo caso, más allá de la desinformación del Ministro del Interior sobre las leyes, hay una pregunta que hacerse. ¿Sirve de algo este tipo de aparición pública? ¿O, más bien, se ha equivocado Urresti, en términos de enfrentar y confrontar a Movadef? (En términos de ganar cámara, no se ha equivocado, eso es claro).

Creo que sí se ha equivocado, y doy cuatro razones.

1. ¿Cuál delito? Lo dicho: la exposición no es un delito y el Ministro lo admite (aún cuando equivoque la razón). ¿Por qué requiere intervención del encargado de la seguridad interna en el país una actividad que no viola las leyes? Que este tipo de actividad (una exhibición de arte creado por senderistas presos) deba o no sancionarse legalmente es otro debate: lo cierto es que hoy no lo es. Y es bueno recordar que los familiares de los presos no son los únicos que exhiben este tipo de objetos. Lo hace también la Dircote, en su propio museo.

museo de la dircote. foto: perú.com


2. ¿Quién tiene la razón? Al final de la grita, Manuel Fajardo termina teniendo la razón, y el propio ministro se la da, además de brindarle mucho más espacio ante las cámaras del que de otro modo hubiera tenido. Fajardo se expresa con claridad y da las razones por las cuales su actividad es legal y debe permitirse. Estoy seguro de que muy pocos lo habían escuchado antes. ¿Eso quería lograr Urresti?

3. El Gran Inquisidor. Esta es una exhibición de arte. ¿Realmente es el papel del Ministro del Interior intervenir en este tipo de eventos, expresar a gritos su opinión sobre ellos y luego marcharse? ¿Lo haría si fuera otra exhibición de arte que, por cualquier otro motivo, en su opinión debería ser tipificado como delito? ¿Lo queremos realmente vociferando en museos y galerías sobre expresiones artísticas que "no deberían permitirse"?

4. Gritón en jefe. Por último, está el tema de la dignidad del cargo. Es cierto que Urresti tiene una notoria inclinación por participar personalmente en acciones y operativos. Pero ponerse a discutir a gritos con un abogado entrado en años ante las cámaras de televisión que él mismo ha llevado no lo hace ver no como un ministro proactivo y participante. Lo pone al mismo nivel que Manuel Fajardo (sin siquiera ser abogado ni poder debatir con él en ese plano). Un Ministro del Interior no se agarra a gritos con un delincuente; mucho menos lo hace con alguien que, sea cual sea nuestra opinión de él, no está cometiendo un delito.

Además de lo anterior, queda considerar el contexto en el que estos hechos ocurren. Urresti enfrenta hoy un momento de agudización de las protestas ciudadanas, y ha intentado hablar al país de "infiltrados", "encapuchados" y demás para justificar medidas represoras (que hasta El Comercio critica en términos inequívocos). No es fácil escapar a la percepción de que al levantar hoy el tema "Movadef" está levantando un fantasma, cuando el tema de fondo es otra cosa.

Y esta percepción se multiplica al escuchar sus declaraciones posteriores. En este audio difundido por RPP, Urresti hace algo más que "repetir por enésima vez" sus advertencias sobre el retorno del terrorismo. Habla también, casi en la misma oración, de una posible "infiltración de Sendero Luminoso en el Poder Judicial", y sobre una "lamentable sentencia" del Tribunal Constitucional que determina que ciertas expresiones artísticas no constituyen apología del terrorismo, y finalmente cuestiona, sin explicar por qué viene a cuento, a "las ONGs".

¿Y cuáles son estas? Específicamente, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, a las que en este contexto -recordemos, un enfrentamiento verbal con el abogado de Abimael Guzmán- le reclama rendir cuentas sobre sus fondos y sus gastos.

¿Hay intención aquí? Apuesto que sí. Escuchen las declaraciones del Ministro del Interior con atención y díganme que me equivoco.