Otro atentado contra los derechos humanos flagela a los pueblos indígenas; esta vez, en Ecuador. La historia es, lamentablemente, recurrente: un proyecto petrolero gigante contra una comunidad que lucha por defender el territorio que ha habitado siempre. Es la figura de David versus Goliat que últimamente aniquila a varios líderes nativos de América Latina.  

desde 1989, el Parque Nacional Yasuní entra a formar parte de la Reserva Mundial de Biosfera, dentro del programa de la UNESCO. foto: revista national geographic. 

Esta vez la víctima ha sido identificada como José Isidro Tendetza Antún, expresidente de la Federación Amazónica Shuar de Zamora Chinchipe, Ecuador, quien, de acuerdo a informaciones, desapareció el 28 de noviembre cuando se dirigía a una asamblea a discutir los proyectos mineros de Ecuacorriente dentro de la Reserva Yasuni. 

El cuerpo fue reconocido el pasado 4 de diciembre por su hijo, Jorge Tendetza, quien contó que su padre fue enterrado en un tumba anónima. El presidente de dicha comunidad, Domingo Ankuash, indicó que el cuerpo de Tendetza presentaba marcas de torturas. “Su cuerpo estaba golpeado; sus huesos, rotos”, dijo Ankuash. “Ha sido torturado y arrojado al río. El mismo hecho de que lo hayan enterrado sin avisar a la familia o a la comunidad de por sí ya es sospechoso”, agregó. 

La comunidad Shuar y toda la familia denuncian este crimen como un atentado por parte de una alianza entre las multinacionales, las fuerzas del orden y el gobierno de Rafael Correa que permite la violencia.  “Es un crimen camuflado”, asegura el presidente Shuar. “[Tendetza] no fue cualquiera. Él era un poderoso líder que luchó contra la invasión de las compañía mineras".   “En Ecuador, las multinacionales son invitadas por el gobierno; además obtienen total resguardo por parte del Estado. La policía y los militares no proveen protección a las personas; no defienden a la gente Shuar. Han sido comprados por la compañía."

Aunque dudan del sistema de justicia ecuatoriana, aseguran que no dejarán pasar este hecho como un crimen más. Estas fueron las palabras de Ankuash:

“El gobierno nunca nos dará una respuesta; la justicia les pertenece a ellos. Nos llamarán terroristas, pero eso no significa que nos callaremos”  

foto: facebook de la caravana climática

Cabe recordar que otro hecho de amedrentamiento, tuvo lugar la semana pasada: un bus que transportaba activistas ambientales del grupo YASUnidos, en dirección a la Cumbre de los Pueblos, que inicia en Lima el 8 de diciembre, fue detenido por la policía ecuatoriana. La caravana se dirigía a la reunión para denunciar al presidente Correa por destinar zonas intangibles, como la reserva Yasuni, a la actividad minera y petrolera.

La impunidad no solo ha tocado a la familia de Tendetza, sino también a la de Bosco Wisum en 2009, y Freddy Taish, en 2013, informa The Guardian. En el caso peruano no es muy distinto, pues este año murieron cuatro ashaninkas en Perú (entre ellos Edwin Chota) por razones similares.

“Creemos que el asesinato de Tendetza es un síntoma de una escalada de violencia contra los líderes indígenas que responden al gobierno ecuatoriano y se oponen a los deseos de las compañías mineras de llevar a cabo un mega proyecto a nivel de toda la Cordillera del Cóndor”, apuntó Luis Corral, defensor de los pueblos del sur de Ecuador.

Por último, queda claro que el crimen de Tendetza no solo afecta a Ecuador, sino a toda América Latina. 

A continuación, un video que expone la situación de vulnerabilidad de los pueblos indígenas ecuatorianos ante la invasión de las mineras y petroleras. 

(foto de portada: eluniverso.com)


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