Un almacén que se encuentra en las montañas del archipiélago Sbvalbard (Noruega) a más de 120 metros de profundidad, alberga más de 825 mil semillas de más de 100 países diferentes y su objetivo es el de proteger la diversidad genética de los alimentos para salvar a la humanidad de un hipotético desastre humano o natural

El proyecto de este almacén de semillas data de 2008 y es denominado “El Banco Mundial de Semillas Sbvalbard” aunque es más conocido popularmente como “La Cámara del Juicio Final”. En el proyecto han participado algunas de las personas y empresas más poderosas, influyentes y polémicas del mundo como la empresa Monsanto, la Fundación Rockefeller o Bill Gates, el fundador de Microsoft.

El objetivo de esta cámara, según sus creadores, es el de preservar la totalidad de especies de cultivo existentes, o al menos todas las que sean posibles. La humanidad depende de un número bastante limitado de frutas, cereales y hortalizas, mientras que las demás especies se han dejado de plantar y muchas están desapareciendo. Su objetivo, lícito en principio, despierta la suspicacia de algunos expertos que se incrementa al conocer las empresas que han invertido en este proyecto. Existen sospechas de que su objetivo final puede ser el de poseer el control de los alimentos basándose en el dogma que promulgó Henry Kissinger “si se controla el petróleo, se controla el país; si se controlan los alimentos, se controla a la población”.


Los científicos creen que es importante conservar a buen recaudo todas las especies que sean posibles, ya que el cambio climático, las enfermedades y los desastres humanos o naturales podrían acabar de un día para otro con muchas de las especies de semillas que conocemos, y a pesar de que existen otras instalaciones en los que se conservan diferentes especies de semillas, esas construcciones no están acondicionadas para ciertas situaciones que se pueden dar como: guerras, bombas nucleares, incendios, o desastres naturales. Por esa razón las características de esta bóveda, que se encuentra a 120 metros bajo tierra y está preparada para que si falla la electricidad la nieve y el frío puedan conservar las semillas, es la más ambiciosa de todas las cámaras que existen para este propósito y está preparada para todo tipo de situaciones.

Las semillas que se almacenan en Sbvalbard son suficientes para replantar todo el mundo y recuperar gran parte de las cosechas en caso de que se desatara una catástrofe mundial. El diseñador de la bóveda, Cary Fowler, declaró que "todas las semillas que se pueden encontrar en este depósito son especies sobrevivientes, son las que nuestros ancestros consideraron que valía la pena preservar".

fotografía: jim richardson

La pregunta que plantea este proyecto es: ¿con qué objetivo empresas tan poderosas están invirtiendo tanto dinero en este proyecto?; ¿saben algo que los demás desconocemos?; ¿qué creen que puede suceder en el futuro que justifique esta inversión?

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