Un 16 de noviembre de 1922 nació José Saramago en Azinhaga (Portugal). Su partida, el 2010, dejó un profundo vacío en las letras portuguesas y españolas. Autor de novelas cumbres como “El año de la muerte de Ricardo Reis” (1985), “El evangelio según Jesucristo” (1991), "Todos los nombres" (1997), recibió el Premio Nobel de Literatura en 1998.

No solo dejó el legado de sus obras literarias, sino también invaluables lecciones para los intelectuales, pues para Saramago resultaba imposible llamarse un escritor cabal sin antes haber tomado una postura ética y crítica frente al mundo. Fue autor también de “Ensayo sobre la ceguera” (1995), obra en la cual el presenta el evangelio de la civilización tal como lo percibía: deshumanizado y en proceso de destrucción. Una ceguera de dimensiones políticas capaz de vulnerar toda democracia.

 "No escribo por amor, pero sí por desasosiego. Escribo porque no me gusta el mundo en que vivo”, dijo Saramago en una entrevista a la Agencia Efe. Esta postura podría explicar por qué en sus últimos años se convirtió en un activista contra el neoliberalismo. Se dedicó enfáticamente a criticar los procesos alienantes del capitalismo, bajo su nuevo velo llamado ‘globalización’. "La alternativa al neoliberalismo es la conciencia", afirmó.

Saramago creía firmemente que solo podríamos detener la ruina del mundo contemporáneo si todos y cada uno de nosotros atendemos, con juicio consciente, los problemas urgentes que causan la desigualdad, la corrupción y la administración injusta de las riquezas en las sociedades actuales.

En su natalicio, lo recordamos con sus reflexiones sobre las dictaduras económicas, la globalización y la democracia:  





Sobre sus obras 

Entrevista a José Saramago por Omar Valiño.

(foto de portada: loffit.abc.es)

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