Es una de las fantasías recurrentes cuando se es niño: inventar un país y ser su gobernante supremo. Con algo más de empeño de la mente, a esta nación se le da un nombre y se le crean bandera y demás símbolos patrios. Y si hay con quien compartir la ilusión, se le puede declarar la guerra al prójimo de turno.

Pero existen otros casos en los que ese deseo no se extingue y regresa más adelante. Y poco importa si el "territorio" se trate de apenas la casa y jardines que uno posee o acaso de algún rincón deshabitado. Así, uno se puede declarar a sí mismo rey o príncipe de una granja de unas cuantas hectáreas o de una plataforma abandonada en medio del mar. Y los familiares ostentarán títulos y grados que —considerando cómo está el mundo hoy en día— serían difíciles de alcanzar.

Estas situaciones son las que se experimentan con las llamadas micronaciones. Las cuales no son más que entidades que se autodenominan como estados y establecen su autonomía jurídica y legal, así como financiera y política, aunque sin la atención o el respaldo de ningún estado independiente u organismo internacional. 

Surgidas sobre todo en el siglo XX, y sin una base histórica determinante para su fundación, la mayoría de ellas solo existen de manera virtual, gracias a la Internet. Lo cual se empalma con una de sus principales —sino la única— actividad económica que pueden desarrollar plenamente para obtener ingresos: la venta de souvenirs o de pasaportes. Un evidente guiño a la extravagancia que muchos persiguen alrededor del mundo.

Uno de esos perseguidores ha sido el fotógrafo francés Leo Delafontaine, quien visitó cerca de una decena de micronaciones, dispersas entre Europa, América del Norte y Oceanía, para producir un registro visual de sus ciudadanos. Bajo el nombre de Micronations, Delafontaine no solo se contentó con reunir fotografías tomadas en sus visitas, sino que también preparó un libro con ellas. 

A continuación, en base al trabajo de Delafontaine y a la información presente en la web listofmicronations.com, les presentamos algunas de las micronaciones más vistosas y representativas de los últimos años. Quizá el lector, luego de conocerlas, se anime a visitarlas o, por qué no, a fundar su propia patria.


Sealand

El Principado de Sealand se encuentra frente a las costas de Gran Bretaña. Ocupa una plataforma militar abandonada desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Es en 1967 que Roy Bates decidió mudarse a ella junto con su familia. Primero instaló una radio pirata y tiempo después declaró la independencia de Sealand. Al hallarse en aguas internacionales, no la rige la legislación británica. Michael Bates, hijo de Roy, junto con los integrantes de su familia que aún le acompañan, optó por ofrecer diversos artículos a través de Internet para contar con un medio de ingresos que le permitiera mantener las instalaciones de su principado. Así también por la página web de Sealand uno puede comprar la ciudadanía o los títulos de caballero y barón.

sealand en todo su esplendor
(foto: leo delafontaine)

la selección de sealand
(foto: bradsfootballshirtcollection.blogspot.com)

estampitas de sealand

Atlantium

El imperio de Atlantium ocupa un terreno de menos de un kilómetro cuadrado en Australia. Concebida como monarquía constitucional fue creada en 1981. Su líder ejecutivo, el emperador George II, es una de las figuras más relevantes en lo que se refiere a las micronaciones. Y es que George Cruickshanks, verídico nombre del mandatario, es también historiador y autor de varios artículos sobre el fenómeno de las micronaciones. Incluso es él quien está a cargo de la web listofmicronations.com, ya nombrada previamente. La población de Atlantium es de cerca de 2000 personas. Uno puede aplicar a su ciudadanía a través de su página web. Una de sus mayores peculiaridades es el uso de un calendario decimal, el cual consiste en un año de 400 días, dividido en 10 meses de 40 días.

el territorio de atlantium se encuentra en el estado australiano de nueva gales del sur
(foto: www.atlantium.org)

george II
(Foto: leo delafontaine)

la unidad monetaria de atlatium es el solidi

Calsahara

El reino de Calsahara fue fundado por Travis McHenry, un actor y antiguo integrante de la marina estadounidense, en 2009, quien se hace llamar como Montague I. Un terreno de 470 mil metros cuadrados, ubicado en California, a tres horas de Los Ángeles, estaba pensado para convertirse en complejo hotelero. Sin embargo, el proyecto fracasó. Dicho terreno le pertenecía a la suegra fallecida de McHenry, y él, desde la adolescencia, ya había creado más de una micronación (como el reino de Casbah y el gran ducado de Westarctica), así que no desaprovechó la oportunidad para intentarlo de nuevo. Calsahara es la contracción de California y Sahara, en alusión al desierto en el que se halla. "Viva la vida", la canción de Coldplay, es el himno del reino.

(FOTO: LEO DELAFONTAINE)

Conch

La república de Conch ("Concha") fue establecida con la secesión de los Cayos de la Florida de los Estados Unidos de América, el 23 de abril de 1982 en respuesta a un bloqueo de la Patrulla Fronteriza a la autopista a Florida. Un acto que aislaba a los ciudadanos de los Cayos de la parte continental de Estados Unidos. Desde esa fecha, Conch ha encontrado en la venta de diversos artículos una manera de agenciarse sus recursos. Asimismo, se puede adquirir un pasaporte, incluso en idioma español. El cual, según indican en su página web, ya ha sido aceptados por más de treinta países en todo el mundo, aunque no es documento válido para viajar.

orgullosos de sus símbolos patrios
(FOTO: LEO DELAFONTAINE)

(FOTO: LEO DELAFONTAINE)

Austenasia

El imperio de Austenasia fue fundado en la ciudad de Carshalton, en Gran Bretaña, el 20 de setiembre de 2008. El emperador Terry I fue declarado el primer monarca de la nación. Wrythe es la capital y allí se ubica la residencia de la familia imperial. La verdad es que Austenasia es un conjunto de terrenos dispersos en Europa y Estados Unidos que aceptaron anexarse a la aventura iniciada por la familia Austen. Las ciudades del imperio no son más que hogares ubicados en regiones como Escocia, Canadá o las islas Canarias y cuyos dueños han aceptado el mandato de la familia imperial. Su actual líder es Jonathan I. Por cierto, su hermana, la princesa Caroline, pretendió apoderarse en 2010 de la corona, iniciando para ello una guerra civil. Felizmente, para beneplácito de los súbditos honorarios que existen alrededor del globo (y de los que uno puede ser parte), todo se resolvió en apenas unas semanas.

la residencia imperial en la capital
(foto: austenasia.webs.com)