El 13 de junio del 2012, Catherine Grèze, diputada francesa del Partido Verde dejó perplejo al presidente Ollanta Humala al cuestionar la situación ambiental en el Perú. “Quiero expresarle mi preocupación respecto a los grandes proyectos mineros en su país, los cuales (han originado) 250 conflictos socioambientales, ciudadanos que no ven los beneficios porque los recursos no se quedan en las comunidades. La reforma parece que no es suficiente [del modelo económico que preconizaba el mandatario]. Todavía quedan problemas de salud, de agua contaminada”, afirmó. 

Humala había llegado a Francia para presentarse ante el Parlamento Europeo como parte de una gira que buscaba consolidar el acuerdo comercial con el Viejo Continente. Antes de la intervención de Grèze, el mandatario había afirmado que su gobierno respetaba todos los compromisos sobre derechos humanos y medioambiente. Lo dicho por la diputada francesa evidenció las fisuras del discurso de Humala y las medidas adoptadas por su gobierno, grietas que se han mantenido en los casi tres años y medio de gestión.  

Las políticas del Ministerio del Ambiente casi siempre han languidecido frente a las necesidades de otros sectores ligados a la producción.

El mandatario ha tenido una dura tarea para equilibrar el desarrollo productivo de las grandes industrias con las políticas de protección medioambiental, en un contexto de desaceleración económica regional y local. La balanza casi siempre ha jugado en contra de las políticas del Ministerio del Ambiente que han languidecido frente a las necesidades de otros sectores ligados a la producción. 

El presidente, sin embargo, ha mantenido un discurso ponderado y casi siempre exigente sobre los compromisos medioambientales que se deben asumir, en las reuniones de Alemania y Nueva York, prefacios para la COP20 que se celebrará en Lima entre el 1 y el 12 de diciembre.

En Alemania, tras participar el Quinto Diálogo de Petersburg sobre cambio climático—una cita que reúne a los ministros del Medio Ambiente de los países que participarán de la cumbre que convoca la ONU—, Humala en una declaración conjunto con la canciller de ese país Angela Merkel, indicó que se requería “una convención jurídicamente vinculante para todos” y se mostró dispuesto a “asumir obligaciones" en el combate contra el cambio climático. 

El mandatario instó a los países a asumir acuerdos vinculantes. en la foto junto a la canciller ángela Merkel

Solo días antes de esa reunión, el Congreso aprobaba el llamado “paquetazo ambiental”, un conjunto de leyes que modificaban la regulación ambiental para promover las inversiones, debilitándolas, según criticaron diversos especialistas. Incluso se conoció que el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal —quien contra todo pronóstico ha permanecido en el cargo solo para participar de la COP20 según fuentes del sector— votó en contra de estas medidas que fueron promovidas por la cartera de Economía, en ese entonces piloteada por el exministro Miguel Castilla.

Estas normas le quitaron al MINAM la facultad de crear zonas reservadas (figura transitoria antes de crear un área natural protegida) para otorgársela al Consejo de Ministros. Además, por tres años se restringió la facultad para sancionar de la OEFA, obligándola a preferir las medidas de remediación, solo si las empresas no cumplen, se le permite ahora multarlas, pero solo con un 35% del importe que establece la ley. Se otorgó solo un plazo de 30 días para que los funcionarios emitan opiniones sobre los EIA (Estudios de Impacto Ambiental), con la intención de darle celeridad a los proyectos, sin prever que existen casos complejos que requieren un mayor examen, entre otras medidas.

El humala de Nueva york

Con este paquete normativo bajo el brazo, el presidente viajó a Estados Unidos, a fines de setiembre, para participar de la Cumbre sobre el Clima en la 69º Asamblea General de las Naciones Unidas, en donde pidió “menos palabras y más acciones concretas” a los líderes mundiales. Además, Humala exhortó a aprobar un documento “claro y coherente” tras la COP20 de Lima, y no “una compilación de ideas sueltas y desarticuladas”. El mandatario sostuvo, con enfásis, que Perú podría perder el 20% de su Producto Bruto Interno (PBI) al año 2050 si no se toman acciones contra el cambio climático.

Humala DURANTE SU PARTICIPACIÓN EN LA REUNIÓN DE Nueva york .

Un discurso que contrasta, por ejemplo, con el combate de la minería ilegal-campo en el que se han adoptado medidas, pero sin lograr atenuar esta actividad en Madre de Dios, según han confirmado reportajes televisivos en las ultimas semanas- y la tala ilegal. 

Este último tema que casi pasa desapercibido en los medios de comunicación es significativo pues la tala y quema de bosques en el Perú es la mayor fuente de emisión de gases de efecto invernadero con más del 40% del total en el Perú, como ha afirmado el propio gobierno. 

Y en este campo, las cifras para la gestión de Humala son delatoras. En el Perú se pierde un promedio de 110 mil hectáreas de bosques al año, como informa el Servicio Forestal Nacional (Serfor). El paísha perdido entre 7 a 10 millones de hectáreas de bosques a causa de la deforestación generada, principalmente, por la tala y la minería ilegal.

Pero la situación se agrava puesto que los grandes conglomerados madereros orientados a la exportación dependen de entre 35% y 45% de fuentes de extracción ilegales, según una investigación de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por su sigla en inglés), del 2012. La aprobación del reglamento de la Ley Forestal y Fauna Silvestre, que data de julio del 2011, esta pendiente. Serfor prevé que se aprobará en diciembre, probablemente luego de la COP20, aunque no resulta inexplicable lo dilatado del proceso de un reglamento, que según esta institución, sentará las bases para revertir la depredación, estableciendo reglas claras para el manejo sostenible de bosques. 

A escasos veinte días para el inicio de la cumbre del cambio climático de Lima, en la que se deberá sentar las bases para el nuevo acuerdo que debería firmarse en París, y que reemplazaría al fracasado Protocolo de Kioto, el gobierno peruano se alista para presentar su mejor rostro, escondiendo bajo la alfombra los reveses que ha sufrido la protección ambiental en el Perú.

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