El escritor nicaragüense Sergio Ramírez se llevó el Premio Carlos Fuentes 2014 otorgado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Este prestigioso galardón se inauguró el 2012 con la premiación de Mario Vargas Llosa. Desde entonces, la valla de este certamen se mantiene en lo alto.   

Sobre Ramírez hay mucho que decir. Su trayectoria se compone de una vasta producción literaria que le ha valido anteriormente el Premio Alfaguara de Novela, en 1998, y el Premio José Donoso, en 2011. Algunas de sus novelas más destacadas por la crítica son La montaña es una inmensa estepa verde,  Margarita, está linda la mar y El cielo llora por mí. En las tres, el jurado calificador destacó su alta calidad literaria, pero también su compromiso social.

El que es compatriota del poeta Ernesto Cardenal no es únicamente un escritor. Su carrera empezó a la par con el ejercicio activo de la política. En sus primeros años, tras graduarse como abogado, Ramírez se convirtió en líder revolucionario sandinista del Frente Sandinista de Liberación Nacional; después fue vicepresidente de Nicaragua, durante el primer gobierno de Daniel Ortega. Finalmente, se cambió a la oposición, y, actualmente, es uno de los más grandes críticos del segundo gobierno del mencionado mandatario. De ahí que su obra sea fundamentalmente crítica en relación con el presente nicaragüense.

Así lo dice en una declaración al diario El País , donde señaló que el imaginario y los problemas que planteaba la literatura de Alejo Carpentier y Gabriel García Márquez se mantienen vigentes en su país. Y como ejemplo pone las prácticas caudillistas del gobierno de Ortega, quien, en sus propias palabras, “reencarnó una vez más en el caudillo que siempre existió en Nicaragua”. Por esa razón, explica el escritor, sus novelas tienden a inclinarse hacia el género real maravilloso fundado por los dos autores mencionados.

Otros escritores que habrían determinado su estilo son Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Vargas Llosa. Sobre Fuentes, dijo a El País

“[Fuentes] fue uno de los últimos intelectuales que asumió esta responsabilidad de nunca callarse, un verdadero intransigente. Un libro suyo como 'Contra Bush' así lo demuestra. Hoy, frente a esa negra historia de Guerrero, con los estudiantes desaparecidos o incinerados en un basurero, ya habríamos escuchado su voz frente a la barbarie incesante”.

El autor dará un discurso en la premiación que tendrá lugar en los próximos días.

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