El último jueves el ministro de Relaciones Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics, se comprometió públicamente a defender los derechos de las personas LGTBI en su país y rompió un muro elevado durante años en la política social de su país al dar a conocer también su homosexualidad.  

El medio para hacerlo público fue su cuenta en la red social Twitter, sorprendiendo a más de uno ya que la homosexualidad aún sigue siendo un tema poco tratado en región post-soviética de Europa del Este, al menos en la esfera pública.

"Anuncio con orgullo que soy gay. Suerte a todos", señaló, al tiempo que aseguró que trabajará por obtener igualdad jurídica para las parejas conformadas por personas del mismo sexo.

"Nuestro país tiene que crear un estatuto jurídico para todos los tipos de relaciones de pareja, y voy a luchar por esto. Sé que esto originará rápidamente una suerte de histeria, pero #proudtobegay (orgulloso de ser gay)", manifestó después.

La importancia de este anuncio radica en el contexto en que Rinkevics ha decido 'salir del clóset públicamente', y es que a partir del 1 de enero del 2015, Letonia asumirá la presidencia de la Unión Europea, por lo que es casi un hecho que se continuará consolidando la intención de impulsar mayor tolerancia hacia la población LGTBI y su lucha por obtener los mismos derechos civiles que el resto de ciudadanos.

El canciller letón, de 41 años y uno de los políticos más populares en esa nación, se había negado siempre a hablar de su vida personal, por lo que su declaración sorprendió en un inicio ya que luego, con el compromiso asumido hacia los derechos LGTBI, ha sido considerado como un gesto.

la rusia de putin se opone a cualquier iniciativa a favor de los derechos de las personas lgtbi, amparándose en la protección de los valores tradicionales

Y es que Letonia no es precisamente el paraíso en ese aspecto. En 2005 se promulgó una prohibición constitucional sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, (al igual que otros países del bloque del Este) lo que llevó a que sean aún menos los hombres y mujeres letones que se asuman abiertamente como homosexuales. A ello hay que sumar una ley que planea limitar la educación sexual en las escuelas para establecer como único modelo de unión el de personas heterosexuales, norma que ya se encuentra en el Parlamento.

Aunque podría deducirse que Rinkevics escogió un momento seguro en lo particular para dar sus declaraciones (un día después de que su cargo en la Cancillería letona fuera ratificado), lo cierto es que a nivel de alcance el futuro es algo incierto, ya que las tensiones entre Occidente y Rusia, que se ha autoproclamado como el bastión de defensa de la 'familia tradicional', se encuentran en su nivel más alto desde la Guerra Fría. ¿Cuánta influencia podrá tener en que estas empeoren o cambien para bien con el orgulloso anuncio de un homosexual en el Gobierno que asumirá la presidencia europea? La pregunta queda en el aire con una respuesta que puede llegar a ser tan sorprendente como la última 'salida del clóset' en la política del viejo continente.

Con información de Wahington Post


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