En tiempos en que el calentamiento global acecha con más fuerza y la posibilidad de quedarnos sin elementos básicos que nos permitan a la larga mantener vida en determinadas zonas, lugares donde uno produzca la misma energía que consume parece sacado de una película futurista. O del cuento de Heidi, si queremos ponernos algo más sentimentales. 

los molinos sobre sus colinas es de lo prmero que llama la atención a los visitantes.

A 100 km de Munich, en Alemania, se encuentra Wildpoldsried, un pequeño pueblo de solo 5 mil habitantes que produce hasta seis veces más la energía que consume, característica que lo ha hecho ser calificado como 'el pueblo más verde de Europa'.

Basta empezar a divisarlo poco a poco mientras se va llegando a él para ir comprobando los detalles que lo hacen tan particular. Siete aerogeneradores propios en sus colinas, paneles solares instalados en todos los techos de la casas y establos (iniciativa que se inició a 1999 desde los establecimientos públicos, salvo la iglesia), así como un gran número de animales. ¿Y qué tienen que ver los animales? Pues que como en todo pueblo, donde hay vacas, hay estiércol. Ya, ¿y? Pues que ese mismo estiércol sirve para conseguir agua caliente.

Es que en Wildpoldsried todo funciona a punta de reciclar, de renovar. Y es por ello que compañías como Siemens han buscado hacer un ‘intercambio’ con sus habitantes, colaborando con ellos para poder aprovechar la energía que producen. Y es que si produciendo energía propia sextuplica la que consume, hablamos de un desperdicio considerado de la misma. Solo en 2012 Alemania perdió 385 GWh de energía renovable por no tener tecnología capaz de almacenarla o distribuirla.

salvo la iglesia, el resto de edificios ¡y hasta establos! cuentan con paneles solares. Asimismo donde procesan el estiercol para conseguir agua caliente.

Y si todo lo descrito ya parece de por sí ideal, resulta aún más atractivo que el costo por kilovatio sea de solo €0.57 (USD $0.80). Asimismo, el pueblo tiene una tubería de 4km que lo cruza para transportar combustible que se genera en una planta de biogás. Y vacas también hacen lo suyo, ya que las cantidades de estiércol son suficientes como para producir gas, junto con el maíz que se cultiva en la misma localidad, y que sirven para generar electricidad. Con el calor residual, pueden calentar el agua de sus hogares.

así lucen sus viviendas

La meta era que para 2020 toda la energía consumida fuera renovable. La meta fue cumplida en 2012, y es desde allí que Siemens y un par de universidades participaron en el diseño de una red para monitorear la distribución de energía. Hoy la cooperación entre vecinos no puede ser mejor, y es que es gracias a ello y la aportación de ideas de todos que han llegado a esto.


Alemania, un paso adelante

Pero la particularidad de Wildpoldsried no es el que se abastezcan de su propia energía, sino el hecho de que consuman solo la sexta parte de esta. Porque si nos vamos a ceñir únicamente a lo primero, Alemania puede presumir de ser de los países cuyas localidades buscan cada vez más el ser autosuficientes energéticamente.

Ursula Sladek, la ‘madre’ del proyecto de Schönau/ FOTO: BALLENABLANCA.ES

"En el país europeo hay casi mil cooperativas que generan su propia energía y que incluso gestionan su red. Este movimiento que va a más y se prevé que los stromrebellen (como se les denomina a los 'pueblos rebeldes'), aumenten hasta diez mil en una década. Ocho millones de ciudadanos en la actualidad producen luz con placas solares. Según la agencia por las energías renovables (Agentur für Erneuerbare Energien), la mitad de la energía limpia que se produce –53 gigavatios (GW)– está en manos de particulares y el 11% de ganaderos, que construyen plantas de biogás alimentadas con purines y restos de madera y cereal. Los grandes consorcios energéticos solo poseen el 5% de las instalaciones", según señala la publicación española Ballena Blanca.

Ejemplo de esto es el pueblo de Schönau, el mismo que compró su propia red de suministro eléctrico para consumir solo energías renovables, un ejemplo seguido por muchas otras localidades del país, incluida la capital Berlín que en 2013 sometió a consulta una medida similar.

Y así hasta poblaciones muchísimo más pequeñas como Feldheim, distrito de la ciudad Treuenbrietzen, en Brandenburgo, que cuenta solo con 150 habitantes y que se define autosuficiente energéticamente, sosteniblemente  y ecológicamente.

Y la lista  de ejemplos continúa. ¿No deberíamos empezar a mirar el ejemplo alemán? ¿Vamos a seguir esperando las consecuencias para recién actuar?


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