''Es una cuestión de justicia ayudar a las personas más pobres y vulnerables que sufren por causas de las que, en su mayor parte, no son responsables y que están fuera de su control. Un acto concreto sería permitir el acceso a una mejor tecnología para la adaptación y la mitigación''.

Estas declaraciones fueron hechas por el arzobispo Bernadito Aúza, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas (ONU) el 16 de octubre en el Segundo Comité de la Asamblea General dedicado al argumento: Desarrollo sostenible, protección del clima global para las generaciones presentes y futuras.

El diplomático religioso señaló que resulta paradójico que sean los países más pobres los más vulnerables frente a las consecuencias del cambio climático, ya que son los países más industrializados quienes producen más emisiones de gas invernadero debido al consumo elevado de recursos naturales.

De esta forma, subrayó que "es una cuestión de justicia y un imperativo moral" ayudar a las personas más pobres y vulnerables que sufren causas de las que, en su mayor parte, no son responsables y que están fuera de su control. Asimismo, recordó que dentro de poco se llevarán a cabo la XXI Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas y la Undécima Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto (2015). 

Ambos eventos constituyen una oportunidad única para llegar a un entendimiento sobre un régimen internacional (a hacerse efectivo a partir del 2020) que comprometa a todas las naciones en un tratado sobre el clima.

Finalmente, Aúza exhortó a los ciudadanos del mundo a compartir la responsabilidad de proteger a nuestro planeta : "¡Decidamos, con conciencia, abstenernos de estilos de vida y comportamientos que pueden agravar el estado de nuestro planeta, y promovamos iniciativas que protegen y restauran!"