Se trata de la aplicación de mensajería más popular del momento. Y es probable que incluso hasta los que no lo utilicen sepan de su existencia. Nos referimos a WhatsApp. Como cualquier otra app, WhatsApp cuenta con unas condiciones de servicio, que —seamos honestos— muchos optan por dejar pasar y simplemente le dan su conformidad sin haberlas revisado estrictamente.
En estas condiciones se especifican las normas, reglas y uso que los creadores de la aplicación plantean a los usuarios y por los que definen sus derechos y responsabilidades. Disponible en su página oficial, el documento se encuentra en inglés.
En él se establece que si el usuario, luego de haberlo revisado, por supuesto, no está de acuerdo, entonces debe dejar de usar la aplicación. Esta es una figura común. Pero, además, hay un detalle muy particular. Si uno incumple algunas de aquellas normas, puede no solo ser expulsado, sino también vetado para siempre de WhatsApp.
El portal tuexpertoapps.com nos advierte que no está de más enterarse cuáles son esos probables casos por los que uno podría quedar fuera.
1. El uso de bots para envío masivo de mensajes.
Es decir, valerse de programas informáticos para transmitir mensajes (cualquier tipo de mensajes) a una gran cantidad de usuarios, y así conseguir una estafa o simplemente molestar.
2. El envío de spam.
O, en otras palabras, utilizar a WhatsApp como una plataforma para la difusión de mensajes de índole comercial o publicitario. Si bien también se indica que el servicio no debería ser utilizado con ese fin, existen negocios que aun así lo hacen.
3. La distribución de contenidos con derechos de autoría o secreto comercial.
Téngase en cuenta que todos los derechos de licencia de lo compartido a través de WhatsApp (una foto, un video, un audio) pasan a la aplicación automáticamente.
4. La publicación de información falsa o tergiversada que pudiera afectar a WhatsApp o a terceros.
Nadie quiere nunca que hablen mal de uno. Mucho menos en la propia casa.
5. La difusión de contenidos que vulnerasen leyes o resultaran ofensivos.
WhatsApp quiere tener la conciencia tranquila. Así pues, mensajes racistas, obscenos, amenazantes, odiosos o étnicamente ofensivos, o que alienten una conducta criminal, están prohibidos.
6. La suplantación de identidad.
Ni se te ocurra hacerte pasar por otra persona.
7. La distribución de contenido malicioso.
Entiéndase por virus y otras clases de malware. Aquí uno puede quedar vetado sin duda alguna.
8. La alteración de la integridad y funcionamiento de la aplicación.
No solo nadie quiere que hablen mal de uno, sino que tampoco le desfiguren la cara o le alteren la personalidad. Por lo que los programadores con intenciones de cambiar el funcionamiento original de WhatsApp ya están avisados. Veto para el que lo intente.
9. La publicación de contenido para adultos y pornografía (identificada como tal).
Esto para reducir el mal uso de la tecnología como canal de actividades ilícitas. Sobre todo cuando se involucra a sus víctimas.
10. Las personas advertidas por sus malas prácticas en más de una ocasión o las personas que han sido bloqueadas por sus contactos.
En cualquiera de los dos casos, el infractor no se salva. WhatsApp le dirá adiós para siempre.
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