El 9 de octubre de 1967 el Che Guevara era ejecutado por el ejército boliviano en La Higuera. Su cadáver fue expuesto durante dos días en una lavandería de la vecina ciudad boliviana de Villagrande para que los periodistas pudieran certificar su fallecimiento. Hasta ese lugar acudió el reportero francés Marc Hutten, de la Agencia France Press, que tomó una serie de fotografías del cadáver del Che Guevara en diferentes momentos.

Marc Hutten sabía que las imágenes que tenía en su poder constituían un tesoro fotográfico y podrían impulsar su carrera. También tenía fotografías del cadáver de Tamara Bunke, alias “Tania”, histórica guerrillera y única mujer que acompañó al Che Guevara en su última travesía y que había fallecido días antes que él, en un ataque al río Grande.


cADÁVER DEL CHE GUEVARA. FOTO CORTESÍA DE IMANOL ARTEAGA para lamula.pe

Pero era 1967, una época en la que no existía internet y los periodistas se las tenían que arreglar para enviar las instantáneas a sus redacciones, arriesgándose a que su material fuese confiscado, censurado o que simplemente no llegara a su destino. El periodista, que temía no poder sacar las fotografías del país, investigó cómo podía hacer llegar su material y sus informaciones le condujeron hasta un cura español, Luis Cuartero, que llevaba doce años en Bolivia como misionero, y que unos días después tenía que volver a España para oficiar la boda de su hermano.


FOTOGRAFÍA DEL CADÁVER DEL CHE GUEVARA. FOTO CORTESÍA DE IMANOL ARTEAGA para lamula.pe

El periodista francés Mark Hutten fue hasta el Seminario de Sucre (Bolivia) para conocer al misionero español, Luis Cuartero, y entregarle una copia de nueve de las fotografías que había tomado para que las llevara hasta Europa, por si él no las conseguía sacar del país. El periodista pensó que no había una manera más segura de transportar las fotografías de un guerrillero comunista que en el equipaje de un cura católico.

El canónigo cumplió su misión y llevó las fotografías hasta España en un largo viaje que le llevó hasta Argentina para, desde allá, cruzar todo el Atlántico en barco hasta Europa. El cura realizó instantáneas de las propias fotografías, aunque no se conoce si se las llegó a entregar a periodistas españoles, ya que para entonces algunas de las imágenes del cadáver del Che Guevara ya habían sido publicadas.


imanol arteaga con las fotografías del che guevara en ricla, zaragoza (españa) / fotografía: heraldo de aragón

Luis Cuartero guardó las fotografías originales en un sobre en la casa familiar de Castiliscar, un pueblo de la provincia de Zaragoza (España) y aunque dentro de su familia se rumoreaba que el canónigo tenía unas fotos del Che Guevara, nunca las habían visto hasta que en 2012 Luis Cuartero falleció, y a su sobrino, Imanol Arteaga, le vino a la memoria la existencia de estas imágenes, que finalmente encontró. “Tras su muerte, y con la memoria al rojo vivo, recordé haber oído de la existencia de esas fotografías, y el día que me armé de fuerzas, fui a visitar su casa y pregunté por ellas a mi tía, y ella me las entregó” recordó Imanol para LaMula.pe. El autor de estas instantáneas, el periodista Marc Hutten, también falleció en 2012, sólo unos meses antes que el cura español.

Imanol Arteaga, ha declarado a LaMula.pe que ha seguido sus propias investigaciones para conocer más sobre este material: contactó con un experto en fotografía que corroboró que eran originales y habían sido reveladas en la época en la que asesinaron al Che Guevara. En una de las fotografías aparece el cadáver de Tamara Bunke “Tania” hinchado, sin pelo, y ennegrecido, pero según declara Imanol Arteaga a LaMula.pe: “Aunque parece quemada, un amigo que es policía judicial me aclaró que así quedan los cuerpos tras estar un tiempo en el agua, y hay que tener en cuenta que murió en un ataque al río Grande”.

Fotografía del cadáver de Tamara Bunke enviado por Imanol Arteaga a LaMula.pe

Otra fotografía de Tamara Bunke. Cortesía de Imanol Arteaga para LaMula.pe

Según la información de BBC Mundo, que ha contactado con AFP, algunas de las fotografías que Imanol Arteaga tiene en su poder son inéditas, ya que no corresponden con las que la agencia tiene en sus archivos, puesto que sólo se conserva uno de los cuatro o cinco carretes que Marc Hutten utilizó. Las demás imágenes se perdieron.

Imanol Arteaga, que ha querido dar a conocer esta historia en el mes en el que se cumplen 47 años de la muerte del Che Guevara, guarda las fotografías en una caja de puros -como los que fumaba el Che Guevara- y asegura que nunca las venderá, y seguirá investigando la historia que se esconde tras estas nueve imágenes.

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