Hace dos horas y media empezaron las elecciones de segunda vuelta en Brasil. Durante esta última semana los brasileños han visto a Dilma Rousseff y a Aécio Neves todos los días, quienes se han lanzado dardos, otras veces han sido más amables, han tratado de ser más flexibles en algunos puntos y en otros han sido consecuentes desde su primer día de campaña. Por cierto, ésta ha sido feroz y ha dividido a los más de 200 millones de brasileños (poco más de 142 millones serán los que voten).

Rousseff se ha referido a Neves con la frase “fantasmas del pasado”, pues cuando el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) gobernaba el país estaba sumido en la pobreza, desempleo e hiperinflación. Además, subrayó los avances que ha logrado el Partido de los Trabajadores (PT); un ejemplo claro son las personas que pasaron de la pobreza a la clase media.

Por su parte, Neves buscó atacar al partido de gobierno hablando de los “monstruos del presente”. Habló de la resección económica y los rumores que vinculan al PT con presuntos sobornos de millones de dólares en la petrolera estatal Petrobras.

Esta semana Lula da Silva habló de lo agresivo que Neves se mostraba con Rousseff en los debates por ser mujer. También lo llamó "hijo de papi", al referirse a la dinastía política de la familia Neves, cuyo abuelo Tancredo Neves fue elegido en 1985 para ser el primer presidente de Brasil.

En pleno debate –y aun en la primera vuelta– los medios de comunicación afines a Aécio han jugado un papel importante con una incesante campaña contra la presidenta, desde un punto de vista económico (recesión, un supuesto mal manejo económico del país, sequía, por ejemplo) y también han denunciado influencias políticas del partido gobernante en algunos negocios. Estos medios han apostado por 'un cambio' necesario para su país. Incluso la revista británica se sumó a favor de Neves, lo que fue aplaudido por empresarios y críticos de la presidenta, por un lado, y el rechazo de Dilma, por el otro. Marina Silva también ha salido a los medios de comunicación a invocar a sus seguidores a votar por Aécio. Esto podría ser un boomerang, en tanto que no todos los que votaron por ella lo harán por el empresario.

ilustración: agéncia pública

De hecho, en Brasil hay un descontento, hay quienes ya no desean más a Dilma o al PT en el gobierno. Hay quienes piden un cambio de gobierno. Pero también hay quienes creen en Dilma y consideran que el PT ha ayudado a una cantidad inmensa de pobres, que pese a la crisis económica global y local (incrementada por la fuerte sequía) las clases menos favorecidas han sido beneficiada con los programas sociales impulsados por la presidenta. Más pobres tienen acceso a estudios, más desempleados tienen un empleo (aunque a veces no sea el ideal o el mejor remunerado, pero tienen un puesto de trabajo). Pero además hay quienes votarán nulo porque no están de acuerdo con ninguno de los candidatos.

Según los últimos sondeos de Ibope y Data Folha, Dilma lleva una ligera ventaja (empate técnico le dicen), y los indecisos –dicen los analistas políticos– inclinarán la balanza. ¿Y la clase media? También. ¿Y los votantes de Minas? Los brasileños consideran que ese estado es clave en esta elecciones.

la Clase media tiene la voz

De hecho, el punto clave para las elecciones será en la clase media baja, en donde según las encuestas Neves tenía un 53% de intención de voto, aunque esto cambió en las últimas semanas debido a la campaña intensa de Rousseff en la que mostraba la mejoría económica en los últimos meses.

Sin embargo, en el tema económico Rousseff parece tener un favoritismo debido a su campaña intensa hecha durante los últimos días, en los que ha recordado que sacó de la pobreza a más de 20 millones de brasileños y muestra su preocupación sobre la situación económica de los votantes de clase media baja, mientras que a Neves se le acusa de centrar su interés en los más ricos.

Entrevistado por la televisión brasileña, Alessandro Janoni, director de Datafolha, ha asegurado que la clase media será importante para estas elecciones y dependiendo de su inclinación dependerá la elección de Rousseff o Neves, ya que los ricos y los pobres ya mostraron su inclinación.

Minas, el estado clave

La contienda electoral ha sido candente en todo el país, pero sin duda Minas Gerais ha sido el escenario más intenso. No sólo es el segundo estado más poblado del país (20.5 millones), sino que desde 1985 –cuando se restauró la democracia en ese país– Brasil nunca ha elegido a un presidente que no haya ganado en Minas Gerais. Es el estado que más políticos ha enviado al Palácio do Planalto.

Sin embargo, una periodista de Minas dice a LaMula.pe que a pesar de que es el estado donde ambos nacieron, muchos votarán nulo porque no están de acuerdo con ninguno. “Hay quienes ya se cansaron del PT, pero también muchos recuerdan los ocho años de gobierno de Aécio en la región y tienen un mal recuerdo de su gestión. Yo soy joven, pero los más adultos consideran que Aécio trataba a Minas Gerais como si fuera un feudo y favorecía a familiares. Para muchos no inspira mucha confianza de que respeta la democracia. La población está dividida, pero hay que recordar que en la primera vuelta aquí ganó Dilma”, señala. En efecto, la actual presidenta obtuvo poco más de 43% de los votos de ese estado, en tanto que su rival fue preferido por el 40%.

En las calles de Belo Horizonte los simpatizantes de Dilma salen a decir: "Usted decide por quién votar. ¿Quiere a un hombre que golpea a su esposa y construyó un aeropuerto para su tío?".

De hecho, el comportamiento de los electores refleja las discrepancias que aún se acentúan en Brasil, con una concentración de habitantes de bajos recursos en el norte, que prefieren al PT, y los de clase media alta y con un grado de escolaridad mayor en la capital de Belo Horizonte y hacia el sur, que apoyan al principal partido de la oposición.

Nadie duda de la importancia de Minas en esta elección, pero la pugna será codo a codo en cada estado. Hay quienes dicen que será una disputa entre ricos y pobres, entre la izquierda y la derecha, pero los brasileños, en su mayoría, tratan de desetiquetarse. No todos los que voten por Dilma son de izquierda, y no todos lo que lo hagan por Aécio son de derecha. La clase media, por eso, será mucho más importante que en anteriores elecciones. 

Aliados de Neves cuestionan los vínculos de Rousseff con Minas Gerais al señalar que ella comenzó su carrera política en otro estado y no es una verdadera 'minera', como se les conoce a los habitantes. 

La votación terminará a las 6 de la tarde (hora de Brasil) y los resultados a boca de urna se conocerán a las 8 de la noche. Recién entonces se sabrá qué campaña fue más fructífera.