En estos días, Óscar López Meneses no sólo está en el ojo de la tormenta política nacional: a ratos, también parece ser él quien lleva la pauta de la agenda, con acusaciones a diestra y siniestra, referencias a "pruebas" (que no muestra) de su cercanía con el presidente Humala o el ministro Urresti, y dimes y diretes con la comisión que investiga el caso de la irregular protección policial a su vivienda, comisión que preside el también fujimorista Juan José Díaz Dios. En medio de estos vaivenes, es bueno recordar con claridad quién es este personaje tan central en la historia reciente de la corrupción en el Perú.

Para ello, reproducimos aquí un extracto del capítulo final de Caiga quien caiga, libro del exprocurador ad hoc José Ugaz publicado este año por editorial Planeta. Tras narrar el escándalo causado por el descubrimiento del resguardo policial a López Meneses en su vivienda (y la de su padre), la dimisión del entonces Ministro del Interior Wilfredo Pedraza y el involucramiento de personajes como el general PNP Luis Praelli (jefe de la VII Región Policial) y el vicealmirante José Cueto (Comandante General de las FF. AA.), Ugaz, tenaz investigador de la teleraña de corrupción tejida por Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, pinta el siguiente perfil de López Meneses. Léamoslo con atención, para saber de quién están hablando los medios, y a quién le dan voz con tanta asiduidad. 


Nacido en Lima el 5 de diciembre de 1967, estudió odontología y se graduó de dentista especializado en cirugía máxilo-facial en la Facultad de Odontología de la Universidad San Martín de Porras, donde su padre fungía de Decano. Su primera esposa fue Liliana Maribel Malca, hija del general Víctor Malca Villanueva, exministro de Defensa de Fujimori, hasta la fecha prófugo de la justicia por una serie de fechorías que le generaron un desbalance patrimonial de US$ 14 millones (existen audios que acreditan que, estando prófugo Malca, López Meneses lo encubrió despistando a la policía con información falsa sobre su paradero). 

Una vez graduado, su padre lo contrató como director de la clínica odontológica de la universidad. Después se sabría que su título profesional había sido obtenido irregularmente y que su posición en la clínica universitaria era en realidad una fachada que le daba cobertura a su verdadera ocupación: soplón profesional y «jalador» de congresistas tránsfugas a pedido de Montesinos. Al descubrirse las ilegales maquinaciones con las que obtuvo el título profesional, el 19 de diciembre del 2000, mediante Resolución Directoral 1021- 2000, se declaró nulo tanto este como el grado académico de bachiller en odontología.  

Óscar López Meneses salió del anonimato cuando ingresó como asesor del parlamentario tránsfuga Jorge Polack, quien siendo elegido por la agrupación Solidaridad Nacional se pasó a las filas del partido fujimorista Perú 2000. Pero no fue por su breve labor congresal -sólo estuvo un mes en el cargo- que se hizo conocido, sino más bien por algunos escándalos que lo vincularon con el hombre más poderoso del régimen. Lo cierto es que ya desde el año 1995 se movilizaba en un auto BMW negro que le asignaba la Universidad San Martín. Alegando ser una víctima potencial de Sendero Luminoso (su hermano Mauricio murió en un atentado terrorista), portaba una pistola ametralladora y era custodiado por tres guardias de Seguridad del Estado armados con fusiles AKM. López es la persona que presentó a Polack con Montesinos, quien a su vez lo reclutó para las filas del oficialismo a cambio de un pago de US$ 490,000 dólares, según hiciera público tiempo después Matilde Pinchi Pinchi, asistenta cercana del hombre fuerte del SIN.

matilde pinchi pinchi / foto: andina

Según él mismo declaró a la revista Caretas, conoció a Montesinos en el año 1992 cuando el general Pérez Documet lo invito al Servicio de Inteligencia Nacional «para conversar sobre las acciones cívicas que realizaba con la Facultad de Odontología de la Universidad San Martín». Manifestó que no volvió a ver a Montesinos hasta el 2000, cuando este lo llamó para pedirle que le presente al congresista Polack, quien era su amigo por haber cursado juntos el curso de realidad nacional del Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN).

Esta versión fue desmentida por Pinchi, quien declaró judicialmente que conocía a López Meneses desde el 2000 por haberlo visto en el SIN varias veces, una de ellas cuando llevó a Polack y otra cuando Montesinos iba a fugar a Panamá. Según refirió, López tenía mucha amistad con Montesinos y le llevaba información del Congreso y del comportamiento de los congresistas, acompañando en oportunidades a algunos de estos al SIN para ser presentados al «Doc». Por este servicio, Montesinos le pagaba distintas cantidades de dinero que eran preparadas por la propia Pinchi en efectivo, al punto que recuerda que por llevar a Polack se le pagó la suma de US$ 150,000. El asesor de Fujimori le asignó un carro con seguridad y puso a su servicio otro de Seguridad del Estado. También le dio unos teléfonos que le habían sobrado a James Stone.

en el centro de la marmaja

López Meneses también guardaba amistad con reconocidos fujimoristas, como los congresistas Fernán Altuve -a quien llamaba «príncipe»- y Jorge Mufarech, exministro de Trabajo de Fujimori, por quien incluso intercedió ante Montesinos y varios fiscales para que sea librado de responsabilidad penal en el proceso que se le siguió por haber importado fraudulentamente un auto Jaguar de Chile.

Recuerdo que en mi primera conversación con Fujimori en mi condición de Procurador, este me comentó que para ubicar a Montesinos había ordenado seguir a varias personas cercanas a él, entre ellos a López Meneses. Después se supo que desde su refugio en Panamá, luego de su primera huida, Montesinos llamó insistentemente a lugares donde podía comunicarse con López Meneses: las empresas Arentel SA, Hinstead International Limited y a la casa de su madre, Susana Meneses de López.

william Paco, el vocal que absolvió a OLM, hoy abogado de Fujimori

El 11 de enero de 1999, la policía intervino la casa de López ubicada en Batallón Libres de Trujillo e incautó dos pistolas ametralladoras que poseía sin número de serie ni licencia. Iniciado el proceso penal correspondiente por el delito de tenencia ilegal de armas, fue absuelto en tiempo récord por una sala penal que presidió nada menos que el abogado actual de Fujimori, el entonces vocal William Paco Castillo, el 11 de junio de ese mismo año. Según la sentencia no hubo delito porque nunca usó las armas y porque el riesgo en que vivía justificaba que anduviera armado. 

Tiempo después, el 24 de agosto del 2001, se le abrió proceso nuevamente por el hallazgo de armas que fueron trasladadas, entre otros equipos (un teléfono satelital encriptado, por ejemplo), en cajas que fueron cargadas en tres camiones de mudanza desde un inmueble que ocupaba como oficina en la calle La Cima en la urbanización Las Casuarinas, a los almacenes de Ransa, así como por las armas encontradas en su casa de Batallón Libres de Trujillo. Se ordenó su detención junto con la de Malca y la de su amigo Diego Ricci Girón. Huyó a los Estados Unidos, donde fue detenido y recluido en el Centro Krome de inmigrantes en Miami el 12 de noviembre del 2002, de donde fue extraditado al Perú el 3 de febrero del 2003 y condenado a 6 años de prisión el 8 de agosto del 2005.

También en el 2001 se le abrió un proceso por el delito de Peculado en el que se le imputó, dada su cercanía con Montesinos, haber participado en diversas actividades ilícitas. El juez citó una conversación registrada en el famoso video Kouri-Montesinos, en el que este último le dice al primero que «Osquitar» le llevará luego la segunda parte del soborno, entendiéndose que se refería a Oscar López Meneses. 

"Osquitar te llevará el resto de la plata", dijo el doc.

Entre otros hechos, se le acusó de ser testaferro de Montesinos y de haber adquirido bienes con dinero robado al Estado peruano, como la casa de Batallón Libres de Trujillo (que declaró haber comprado en US$ 170,000 recibidos en herencia), una casa en Alcanfores, otra a nombre de Analia Vargas Amiel en Los Cerros de Camacho por US$ 465,000 y varios vehículos Mitsubishi por US$ 140,000 a nombre de terceros. Un peritaje realizado en este proceso arrojó que tenía varios autos: una camioneta rural Willys, 2 BMW de 1994 y un Mercedes Benz de 1997. En el 2000 compró 3 carros por US$ 105,320 a nombre de terceros. Ente sus inmuebles figuraba uno de la sociedad conyugal en Cañete (US$ 38,500) y dos de Liliana Malca en el Rosedal por US$ 93,500 y US$ 15,000 respectivamente. También se determinó que entre 1994 y el 2000 hizo 36 viajes. Finalmente, en este caso fue condenado a 6 años de prisión como cómplice del delito de Peculado (Montesinos fue condenado como autor a 8 años).

convictos y confesos

Un tercer proceso judicial en el que resultó involucrado es el que se le abrió por interceptación telefónica y asociación ilícita para delinquir en el 2001, basado en que entre el material trasladado a los almacenes de Ransa desde su oficina se encontraron equipos sofisticados de telecomunicación. Asimismo, en una inspección realizada por el 6° Juzgado en la casa de su amigo y coprocesado Diego Ricci Girón en la Av. República de Portugal, se incautaron cintas de conversaciones entre víctimas de interceptación telefónica.

Debido a sus problemas con la ley, estuvo en prisión 4 años. Luego de su excarcelación, no se volvió a saber de él hasta el martes 12 de junio del 2007, fecha en la que estalló un nuevo escándalo mediático en el que su nombre volvió a los titulares. La periodista Paola Ugaz lo sorprendió en un ambiente privado del restaurante Fiesta, junto a un grupo singular de personajes: Agustín Mantilla, el general del Ejército Roberto Vértiz, el controvertido candidato al Tribunal Constitucional Javier Ríos Castillo, el comandante del Ejército José Cuadra y Jorge Luis Mantilla, hermano de Agustín. Nunca se supo a ciencia cierta el motivo de la reunión. 

Mantilla y López Meneses estuvieron presos al mismo tiempo en la prisión de San Jorge, donde trabaron amistad. Se especuló que se juntaron para coordinar acciones en favor de Fujimori, quien estaba próximo a ser extraditado, o que lo hicieron para asegurar la candidatura de Ríos Castillo. Lo cierto es que nunca pudieron dar explicaciones coherentes sobre la razón de su encuentro, y mientras López Meneses huía por una ventana, Ríos Castillo se vio obligado a renunciar a su candidatura herida de muerte por el «ampay» en compañía de los prontuariados comensales con los que compartía mesa.

Según algunos entendidos, en los años que siguieron al 2007, se dedicó a construir discretamente una red de relaciones en las instituciones armadas y la Policía Nacional valiéndose de sus primos, ambos oficiales del Ejército peruano, Oswaldo y Luis Zapata, coronel y comandante, respectivamente, y de algunos otros contactos que había logrado mantener. Según afirma Gustavo Gorriti de IDL Reporteros, López Meneses influyó decisivamente para el nombramiento del general Paul Da Silva como Comandante General del Ejército durante el gobierno de Alan García. Una vez nombrado, le obsequió la construcción de una sauna dentro del Pentagonito, el mismo que financió con recursos obtenidos del presidente del gobierno regional del Callao, Félix Moreno. La misma fuente refiere que también accedió a determinados círculos empresariales, como el de la minera Volcan, a través de contactos vinculados al grupo integrista católico Opus Dei, del cual su madre era una fervorosa militante.

Es así como quien se inició como un operador secundario de Montesinos, con los años terminó tejiendo una red de relaciones que culminó con la caída de un ministro del Interior y un importante asesor presidencial, y generando una crisis que remeció los cimientos del propio Palacio de Gobierno. Un episodio que nos recuerda que la lucha contra la mafia fujimontesinista no culminó con los esfuerzos que lideré en la Procuraduría, sino que debe mantenerse firme hasta que sus últimos rezagos terminen de extinguirse.

Caiga quien caiga, el libro de José Ugaz, es una lectura obligada para quien quiera entender la trama de corrupción del fujimontesinismo, que se extiende hasta nuestros días y sigue pesando en la actualidad nacional. Publicado por editorial Planeta, se puede encontrar en librerías desde el mes de julio.