En su primer encuentro con el prensa internacional luego de haber ganado el Premio Nobel de Literatura, el escritor francés Patrick Modiano señaló que en nuestros días el tiempo es un bien muy preciado: "El tiempo va cada vez más rápido para las actividades que necesitan un poco de tiempo". Razón no le falta. 

Hoy en día es casi imposible concentrarse en una sola actividad. Ya sea en la casa o en el trabajo, la tentación de conectarse a la Internet es rara vez derrotada. El universo de la triple w ha establecido una dictadura sobre el tiempo de ocio y la creatividad.

Como observa Modiano, los escritores no han sido escapado a este fenómeno. Y les llueve sobre mojado, pues ya era bastante difícil reservar un tiempo para el ejercicio de la escritura debido a que la mayoría de autores, en el mundo entero, trabajan en labores ‘no creativas’. No obstante, el propio mundo virtual, el devorador del tiempo, parece ofrecer una solución.

Se trata de la novedosa aplicación Write or die (Escribe o muere) que se configura como una especie de tutor virtual que a través de diferentes formas presiona a su usuario (leáse escritor) para que trabaje. Por supuesto, tiene niveles. En el nivel Amable aparece un mensaje en la pantalla para recordar al usuario que debe escribir. En el siguiente nivel, Normal, la exigencia hace uso del sonido: los parlantes de la computadora emiten un sonido chillante si el autor deja de escribir mucho tiempo. El estado Kamikaze recrea literalmente la pesadilla de la página en blanco: las palabras se difuminan, se borran una detrás de otra. En la última fase, llamada Nyan Cata en honor a un famoso meme, la pantalla rosa y púrpura, un cielo propio de un conflicto bélico. 

 David Nicholls/ foto:www.thetimes.co.uk

Aunque algunos puedan creer que esta aplicación destruye el aura romántica  de la creación literaria, lo cierto es que algunos escritores ya lo han utilizado. El diario El País señala que uno de los usuarios de este sistema es el autor David Nicholls, quien expresó que trabajar bajo la vigilancia de este software fue como escribir "con una pistola en la cabeza".


Ahora bien, la existencia de Write or Die revive una vieja discusión literaria: ¿Es necesaria la disciplina para escribir? 

Si bien es cierto que el oficio de la literatura siempre ha estado ligado a la vida bohemia, es decir, a una existencia desordenada que auna el ocio con algunas drogas (el poeta francés Charles Baudelaire sería uno de  sus máximos exponentes), existen ejemplos de autores que han aplicado una férrea disciplina creativa, algunas veces de manera extralimitada. Tal sería el caso del genial escritor norteamericano J.D. Salinger quien pasaba horas encerrado en un búnker construido especialmente para su labor creativa (puedes ver un documental biográfico aquí). Este comportamiento ocasionó su divorcio y una pésima relación con su hija Margaret, que expuso los pormenores de la relación con su padre en el libro de memorias Dream Catcher

j.d. salinger/ foto: vanityfair

Si buscamos ejemplos más moderados podemos citar a Roberto Bolaño y a Mario Vargas Llosa. Sobre este último vale la pena recordar las palabras dichas por Juan Carlos Onetti (un escritor poco disciplinado según confesión propia) en una entrevista concedida a Joaquín Soler: "Mario tiene una relación conyugal con la literatura".

Pero, ¿la disciplina garantiza la calidad literaria? Aunque le duela a muchos, la respuesta es no. Existen diversos ejemplos de autores que construyeron obras de gran valor, a pesar de no tener un 'horario fijo' para escribir. Ya hemos mencionado a Onetti. A él podemos añadirle a la poeta Blanca Varela, quien, según las propias palabras de Fernando de Szyszlo "escribía solo cuando tenía una necesidad muy fuerte... escribía por rachas".

Entonces, ¿puede ayudar una herramienta como Write or Die a escribir un libro? Dependerá, en buena medida, de la personalidad del usuario.  Si uno se siente cómodo con un gendarme virtual o si necesita cumplir con un plazo editorial puede ser útil la aplicación. No obstante, se debe tener en cuenta que tan importante como el proceso de escritura es la corrección. Y ahí sí se necesita todo el tiempo (y la paciencia) del mundo.

Por lo demás, para los autores deseosos por experimentar esta disciplina virtual hay buenas noticias: existen varias aplicaciones similares a Write or Die. Algunas más amables como Written? Kitten que recompensa al escritor con un minino; OmmWriter que apela a la música para estimular el tipeo; y Coffitivity que simula la atmósfera de una cafetería (un espacio muy literario ciertamente). Otras, en cambio se especializan en desaparecer la  tentación de navegar por la red, bloqueando el acceso a redes sociales o páginas similares. Tal es el caso de Antisocial, SelftControl y StayFocused.


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